O2

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Desde aquel singular evento, Jisung llevaba evitando por una semana completa al estudiante nuevo, temiendo que su condición volviese a estar inestable ante su presencia. 

Todavía no entendía por qué se había descontrolado, era básicamente imposible que un alfa tuviera una erección por culpa de otro; y menos, por un simple toque. 

Apretó los puños, molesto y confundido. 

¿Por qué? 

Suspiró, exhausto de estar preguntándose lo mismo una y otra vez y trató de prestar atención a lo que su profesor estaba explicando. Era complicado, en especial porque desde la mañana había tenido una leve fiebre. 

Sentía tenso su cuerpo y estaba ansioso por alguna razón. 

—Chan, ¿No sientes calor? —susurró, volteando discretamente para que el maestro no se percatara. 

El castaño lo observó alzando una ceja, confundido. 

—¿Estás bien, Jisung? Tienes el rostro demasiado pálido. —Dijo con una mueca de preocupación, acercándose para palpar su rostro y verificar que no estuviese enfermo. —¡Estás hirviendo! —Indicó espantado. 

Han frunció el ceño, no se sentía débil para estar enfermo. Y no percibía ningún tipo de síntoma, solo un sutil aroma en el ambiente. Una fragancia bastante reconocida para él. 

Aspiró un poco más de aquel olor hasta pronto darse cuenta de que algo iba mal. 

Una repentina ola de calor lo invadió, aturdiéndolo hasta inhalar en busca de aire, sintiendo un hormigueo por todo su cuerpo y obligándolo a doblarse en su asiento. 

Y sin soportarlo, derramó más feromonas de lo que había hecho anteriormente, esparciendo una intensa esencia. 

—¿Quién es el que está esparciendo feromonas? —Preguntó contundente el profesor, interrumpiendo la exposición del tema. 

Jisung trató de alzar su mano, jadeante e intentando controlarse. 

No comprendía por qué su celo se estaba manifestando. No tenía sentido. 

—Han Jisung, hágame el favor de buscar en su bolsillo sus supresores o dirigirse a la enfermería en caso de que no tenga. Está afectando a mi clase. —Volteó para observar a los demás, dándose cuenta que era realmente cierto: todos estaban cubriendo sus narices y abriendo las ventanas, buscando ventilar la fragancia. —Usted sabe que está prohibido estar en clase en los días de celo.  

Jisung asintió como pudo y tanteó en su sudadera, buscando los supresores. Al no encontrarlos, se levantó con rapidez y salió de la clase, tropezando de vez en cuando por su estado. 

Se sentía desfallecer, jamás había tenido un celo sin tomar algún supresor con anterioridad. Y eso debido a que tenía marcada la fecha de cada uno de sus celos en su calendario, sin errores. 
Y también, porque no hacía mucho había pasado por él; era imposible que le ocurriese otra vez tan pronto. 

No tenía dudas: Minho había acelerado el proceso. Aunque no sabía si eso era verosímil. 

La enfermería no le quedaba tan cerca, tenía que cruzar por la cafetería y algunas aulas más y por tal, no estaba seguro de poder llegar a tiempo. 

Trató de acelerar sus pasos, lo que menos deseaba era afectar con sus feromonas a los demás, por lo que solo miraba el suelo, incómodo. 

Cuando pasó por la cafetería, donde los estudiantes del departamento de música desayunaban en su horario libre, sintió una imponente y pesada carga en su espalda que lo debilitó. 

bite ⇉ minsung Where stories live. Discover now