Nerea
~•~•~[•••]~•~•~La elegancia y la comodidad no siempre iban de la mano. Este vestido era un fidedigno martirio. La italiana Bianchi lo ciñó tanto, que podía ser considerado como método de tortura.
Pobres damiselas del siglo XVIII, tener que soportar esos corsés solo por ser el ideal estético de la época, de solo imaginarlo me sentía incómoda.
Y ni hablar del peinado. Las horquillas comenzaban a incrustarse más de lo debido en mi cuero cabelludo. Aunque, no podía negar que el hacendoso atuendo me hacía ver como una auténtica diosa nórdica.
Oficialmente, podía proclamar este baile como mi primera fiesta en Villa del Mar. Lastimosamente Derek tuvo que realizar un viaje de imprevisto, ¿qué viaje era ese?
Creo que mi relación con él se estaba debilitando. Hacía meses que estábamos juntos y sentía que todavía no lo conocía del todo. Era una sensación extraña, no sabría explicarlo con palabras precisas.
Esta universidad bajo la túnica oscura de la noche era sorprendente. Sin vacilación, me dirigí al local protagonista del baile. Inminentemente, hice acto de presencia en el increíble lugar, atesorando decenas de miradas expectantes.
Ser el centro de atención acarreaba en mi interior conmociones ansiosas, pero era consciente que pasar inadvertida con este vestido rojo era tarea fracasada.
Cada detalle de la decoración conjuntaba perfectamente con la temática del baile. Ahora entendía la confianza depositada en Lans para organizar anualmente el evento.
Como un campo físico magnético, mis pupilas colisionaron con el iris fuliginoso de Alexandre Hilton. Conocer a su novia me provocó sentimientos repulsivos y detestables contra él.
¿Cómo tuvo el descaro de besarme si tenía novia?
Era raro, pero parecía que me quería desnudar con su atenta mirada. Pulcramente vestido con un traje negro corte inglés, ajustado como un guante. Malditamente guapo, como Hades, dios del inframundo.
¡Suficiente!
Sin salida posible, me acerqué lentamente a su mesa. Por desgracia, ese también era el recinto de mis amigos.
—¡Oh, por dios, Nerea! —aludió Antonella sorprendida—. Ese vestido te ama, ¿cómo es posible que te quede tan bien?
—En serio, Neri ─intervino Atenea adquiriendo el mismo tono de admiración utilizado por Antonella—. Te ves jodidamente sexy.
—No sean exageradas —confesé halagando arduamente sus apariencias—. Ustedes se ven espectaculares.
La modista Magdalena hizo un gran trabajo con los vestidos. Cada uno poseía un brillo singular y propicio para la ocasión.
—No son exageraciones, Nerea —puntualizó Axel de manera imprevista haciendo captar nuestra atención como efecto secundario—. Te ves increíblemente bien.
Axel..., Alexandre..., Atenea..., Antonella.
¿Qué pasaba? ¿Esta isla decidió reunir la inicial A en un mismo espacio?
—Gracias, Axel —apunté con una casta sonrisa como signo de agradecimiento—. También te ves bien.
Meditar el uso correcto de las palabras para halagar a un hombre era tarea difícil para mí. Acto seguido, Alexandre colocó bruscamente su copa en la superficie externa de la cristalizada mesa, asentando la curiosidad de los presentes.

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Desordenas mi vida [✓]
Teen Fiction[COMPLETADA] Nerea O'Connor es la nueva habitante de Villa del Mar, una isla tropical marcada por una cultura atractiva y paisajes exóticos. Su nombre es sinónimo de disciplina. Posee todo bajo control, incluso, su relación con Derek. Alexandre Hilt...