¡Go for the leader!

xxv

ultimo capitulo gente .

drama, gore, violencia y demás . ya se la saben .

Todo a su alrededor se volvió oscuro de repente, se volvió frió, seco y el aire era tremendamente helado; extrañamente, también deba la sensación de que estaba rodeado de agua, pues apenas y podía pasar su mano.

Tuvo un impulso por tomar aire, pero sus pulmones parecían querer lo contrario, pues ni siquiera pudo abrir su boca para jalar algo de aire.

Por un momento, un sentimiento de dolor lo acompañó por unos instantes, recorrió su mano desde su lugar hasta su abdomen, en donde comenzó a acartonar en busca de hallar alguna herida o corte, no encontró nada parecido; sin embargo, al levantar su mano pudo notar ese distintivo líquido carmesí que solía salir de las heridas provocadas al cuerpo humano y le daba vida al mismo.

Se levantó de su lugar lentamente, encontrándose en un lugar muy bonito, al menos a sus ojos.

Parecía ser un jardín, de esos extraños y místicos que salían en los cuentos de hadas donde se decía había hadas y criaturas mágicas, sólo que era levemente diferente.

Había un par de columnas en las cuales habían varias enredaderas con flores de distintos colores, siendo muy llamativos. Luego estaban varios arbustos verdosos que rodeaban el lago en el cual estaba situado, justo al centro.

Fui allí cuando recordó haber oído una voz llamándolo, y era realmente irónico, pues no recordaba ni su nombre.

— ¿ hola ?

Hablo en voz baja esperando que aquel vacío pero hermoso lugar le diera una respuesta de manera mágica, algo estupido se se ponía a analizarlo con detenimiento.

Camino con cuidado hasta llegar a la que suponía era la orilla del lago, en donde había una arena Yam blanca como la nieve, pudiendo ser fácil confundirlas de no ser por la estación, habían un par de riscos en el lado derecho del lugar, estos estaba rodeados de árboles y vegetación con diferentes tonos de verde. Mientras que en el lado izquierdo había un paisaje de montañas nevadas igualmente hermoso, parecía que de un lado estuviera nevando y del otro estuviera el sol en su punto más alto del día, alumbrando con sus rayos amarillentos y dando calor a la vez.

Giró su cuerpo para ver el detrás del lugar, esperando encontrarse el mismo paisaje, fue grata su sorpresa al darse cuenta que había un mar extenso y azulado, cristalino, podía jurar que de lo clara que estaba el agua podía ver el fondo del mismo, dado que la información que su vista le propinaba deducía que este no era muy profundo; llegando a la conclusión de que este era una bahía en realidad. 

Volvía a intentar jalar aire hacia sus pulmones, al hacerlo, pudo sentir que estaba respirando el aire más puro que pudo haber conocido; sus ojos se cristalizaron de repente y cayó de rodillas justo a la orilla del peñasco donde estaba aquel paradisíaco jardín.