Rivales de San Valentín

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14 de febrero, día de San Valentín.

Por todo el área escolar podía percibirse un fuerte olor a chocolates, las chicas afortunadas caminaban alegres por los pasillos hablando de la cantidad de chocolates que habían recibido a lo largo de la jornada escolar y, otras tantas, deseaban ser aquellas chicas afortunadas.

Para algunos, el día de San Valentín no era un día que debían tomarse en serio, ¿por qué regalar chocolates un día en específico a tus amigos y la persona que te gusta pudiéndolo hacer cualquier momento del año?

Aula 3-B.

La hora libre por San Valentín era lo que más ansiaban de todo el curso; no solo porque evitaban que el profesor les diera la aburrida clase de siempre, sino porque podían hacer de las suyas apostando con chocolates en los juegos de azar que los estudiantes solían jugar sobre el escritorio del profesor.

-¡Chuuya, ven a jugar con nosotros! -exclamó un chico con una gasa en la nariz, Michizo Tachihara.

-Me pregunto si fuiste a dejarle chocolates a alguien -dijo riendo una chica rubia, Ichiyo Higuchi.

-¿O será que Chuuya recibió los chocolates? -un chico con gafas de sol cuestionó mientras barajeaba las cartas de poker, Albatross.

-Más bien, parece que Chuuya es del tipo de chicos que rechaza las solicitudes de las afortunadas chicas a las que les ha robado el corazón -expresó con burla recargando su pie sobre el espacio vacío de la mesa, Pianista.

-¿Tu crees? En ese caso, no se volverían desafortunadas en el momento en que Chu las rechaze.

-¿A quien crees que llamas Chu? -cuestionó con enfado Chuuya mientras tomaba asiento a lado de Tachihara.

Chuuya Nakahara, 17 años; estudiante de intercambio desde que comenzó su último grado de la escuela preparatoria en el instituto Stray Dogs. Sus hermanos eran profesores de esa institución, después de haber vivido casi toda su vida a lado de sus padres, pudo conseguir un lugar en su escuela deseada en Yokohama. No le fue difícil hacer amigos, parecía como si hubiera estado destinado a conocerlos, estaba bien con ello mientras no descuidara su promedio de excelencia.

Sin embargo, ese no era el único don de Chuuya... todas las chicas de la institución, sin excepción, estaban detrás de él. No había una sola alma femenina que no cayera rendida y soltara un suspiro con solo ver a ese magnífico hombre sacado de los cuentos de hadas; lejos de ser un don para Chuuya, se trataba de una maldición, no era como sí él deseara tener a toda esa fila de mujeres.

-Vienes con las manos vacías, ¡rechazaste los chocolates! -gritó con decepción Higuchi,casi yéndose de espaldas con todo y pupitre.

-¡¿Tienes idea lo fastidioso que es tener a todas esas chicas detrás de mí los minutos de descanso toda la semana?! -azotó sus puños sobre la mesa, luego chasqueó la lengua- Ese no es mi único problema...

Un mes atrás, de camino a casa.

-También me gusta intentar diversos métodos de suicidio, creo que es mejor intentarlo que hacerlo.

-Eres raro, ¿no te han dicho eso?

-¿Tu crees que soy raro? ¿Que opinas Atsushi?

-Quiero irme a casa -lloró.

-Chuuya, ¿ya te dije que tu sonrisa es encantadora? -se pegó al pelirrojo, obstruyendo el paso.

-No he sonreído para ti -respondió con enojo-. Hey pequeño, quítame esta basura -trató de alejar a Dazai.

-Dazai, vamos... Deja en paz a senpai -dijo, sin mucho esfuerzo.

-Chuuya, eres todo lo que necesito en mi vida -su mano jugueteó hasta acercarse a la del pelirrojo.

Rivales de San Valentín | BSD AU - ONESHOTWhere stories live. Discover now