Capítulo 06

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CARRERAS

Addison

Carreras clandestinas, implican ilegalidad, apuestas millonarias y autos, todo lo que me gusta en un solo lugar. Participé en ellas incluso antes de obtener mi licencia, papá comenzó a enseñarme a conducir cuando tenía trece, practicaba cada día, no tardé más de un año en perfeccionar la técnica.

Para mis catorce ya podía manejar cualquier auto que quisiera, no era la mejor pero sí excelente. Corría contra mi padre y creo que eso me hizo amar este tipo de carreras aún más, él fue el primero en llevarme a una cuando cumplí dieciséis. Perdí muchas durante ese primer año, me frustré al comienzo, aún así continue practicando y para mis diecisiete ya era la mejor, soy la mejor.

Esa primera competencia a la que fui, a la que papá me llevó, fue la semana anterior a mi cumpleaños número dieciséis, lo recuerdo perfecto. Lo mismo el año pasado, la semana anterior a mis diecisiete y este año fue él quien se encargó de organizar una aún más grande que las anteriores.

Es por eso que escojo un vestido negro, de seda, simple y ajustado al cuerpo con un escote que muestra una preciosa vista de mis pechos, para ir a ocupar mi lugar y demostrar una vez mas quien soy. Dejo mi cabello suelto pero tomo una goma elástica a juego con el vestido y termino de calzarme los tacones para salir. Aseguro la puerta de mi cuarto y espero el ascensor, llevo únicamente mi teléfono y las llaves del McLaren, no necesito nada más.

Me emociona la idea de cumplir años por fin, aunque todavía no soy legal en este país, si en muchos y eso es un avance, no es que ser menor me haya prohibido algo pero puede que finalmente dejen de tomarme como una niña.

Fue difícil evitarlo toda la semana y ese esfuerzo se va a la basura cuando las puertas del elevador se abren. Me cuestiono si entrar o esperar al otro para subirme cuando fija sus ojos negros en los míos. Es solo un ascensor, no hay tiempo que perder o llegaré tarde. Piso dentro antes de que pueda decir nada, toco el botón de planta baja y evito mirarlo, lo que me lleva un esfuerzo indescriptible sabiendo lo que hicimos la última vez que estuvimos solos.

—¿A dónde vas? —pregunta rompiendo el silencio.

Me doy la vuelta para observarlo, camisa medio abierta, pantalón y zapatos negros, en conjunto con un reloj, negro también. Su voz y su presencia me vuelven estúpida pero él es jodidamente embriagante, no puedo evitarlo. Me provocó un fantástico orgasmo, ya me derretí en sus brazos ¿Qué cosa peor podría pasar?

«Provócalo y ya, no hay nada que perder.»

—¿Por qué te lo diría? —juego tomando el borde de su camisa.

—Porque quieres decírmelo.

Su comentario me saca una sonrisa, ese ego grita perfección y con su cuerpo, erotismo. Las carreras no son públicas pero Jaden no es cualquier persona y lo quiero allí, viendo como soy la mejor en lo que hago.

—¿Tienes algo que conducir ahora que el McLaren es mío?

Me encierra contra la pared dejando nuestros rostros a unos pocos centímetros y presiona la planta del estacionamiento dándome a entender que su respuesta es un sí y me toma pegandome a su cuerpo.

Con solo hacer un mínimo movimiento podría besarlo, aun así ninguno de los dos se entrega y eso lo vuelve más tentador. Quiero más de lo que me dio aquella vez, quiero más de eso que logró como así también demostrarle que soy inmune a él y a su cuerpo.

Corro mis ojos de los suyos cuando humedezco mis labios y muerdo el de abajo demostrandole lo que se pierde, me toma el rostro con su mano y me obliga a soltar el agarre de mis dientes. Su fuerza enciende mis ganas, el que no soporte aquello que hice me gusta, me encanta saber que él tampoco es capaz de ignorar lo que le causo.

IndeleblesWhere stories live. Discover now