♫| EPÍLOGO |♫

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CONWAY

FALSAS MELODÍAS

Una de mis metas como artista siempre había sido transmitir lo que sentía con mis canciones. Pero siempre que pensaba en eso me imaginaba a mí enamorado o feliz; no con el corazón roto.

La gente solía decir que las mejores canciones se escribían así, y no iba a negar que en parte tenían razón.

Mi cabeza estaba hecha un desastre por todas las melodías y combinaciones de acordes se me ocurrían constantemente. Y letras. En especial letras.

Letras que reflejaban todo lo que tenía atorado y lo que quería decirle a Sienna. Todo lo que no había podido decirle porque ella simplemente no había aparecido.

La gira por Italia había sido una completa tortura porque todo lo que veía me recordaba a ella y a nuestros planes rotos, lo que me dificultó la tarea de olvidarla. O de intentarlo siquiera.

Los primeros días me la había pasado al pendiente de las noticias con la esperanza de ver en los encabezados la noticia de algún accidente de algún tipo. Sonaba horrible, pero eso al menos me daba una respuesta a por qué Sienna no había llegado. Eso es lo que pasaba en las películas, no sería tan descabellado que sucediera en la vida real también.

Pero en el fondo sabía que solo me estaba engañando a mí mismo.

No tenía idea de cómo me las había arreglado para dar todo los conciertos. En especial los que tenía que dar en las ciudades que me recordaban a su nombre. A mi primer álbum le había puesto Vienna en un homenaje a ella. Y mi estupidez me pasó factura cuando me tuve que parar a cantar en el auditorio de esa ciudad.

Y si dar ese show había sido difícil, el concierto en Siena fue incluso peor.

No pude cantar Hearts aren't the only things that get broken porque la voz se me quebró a la mitad del primer estribillo de tan solo recordar de quién trataba la canción. Si bien ninguno de mis fans sabía por lo que estaba pasando, sentí todo su apoyo cuando ellos se pusieron a cantarla en mi lugar.

Hubo muchas especulaciones a partir del suceso, y tuve que ir a muchas entrevistas para aclararlo. En todas y cada una de ellas sonreí como si nada sucediera y todo estuviera bien.

Me había dado cuenta de que por tener el corazón roto el mundo no se detenía.

Pero al menos te llenaba de inspiración.

Con todos los sentimientos que desbordaba había logrado escribir ya casi un álbum entero. Aún no estaba terminado, pero estaba seguro de que eventualmente vería la luz del día.

Después de que se me hubiera pasado el episodio depresivo y pudiera juzgar todo lo que había escrito con parcialidad. No quería que todas las canciones terminaran siendo patéticas.

En ese momento me encontraba en el avión de regreso. Después de largos meses de gira por Italia, por fin iba a mi casa. Y no a mi vacío apartamento en la ciudad, sino a mi verdadera casa.

Había decidido tomarme un tiempo de todo para darle los últimos toques al nuevo álbum para después olvidarme de toda la industria musical por un par de meses. Y no había un lugar mejor para hacer eso que donde todo había comenzado: en casa de mis padres.

Era un pueblo alejado de todo y sentía que ahí al fin podría tener un respiro.

Rasgué las cuerdas de mi guitarra, tratando de bloquear todos mis pensamientos y buscando crear algo nuevo mientras tenía los ojos cerrados. Detuve el movimiento y volví a abrirlos para inclinarme un poco y hacer algunas anotaciones en la libreta frente a mí.

Falsas melodíasWhere stories live. Discover now