El Viudo (+18)

Capítulo 13: La "Agenda"

《Era curioso como aquel librito sabía más de Rin que su propio esposo》

Se revolvió molesta en la cama, Sesshomaru río divertido-. No quiero ir a trabajar- se quejo con la frente arrugada de molestia.

-. Yo tampoco- admitió el peliplata, Aome lo miró triste-, si quieres puedes renunciar- dijo tranquilo, la azabache levantó rápido el rostro de la almohada y lo miró molesta.

-¡Eso jamás!- dijo con las mejillas rojas, Sesshomaru se río divertido, la tomó entre sus brazos abrazándola, era consciente de lo mucho que su esposa amaba su profesión, y solo le decía aquello para molestarla.

-. Entonces mañana debemos regresar a trabajar- le beso la frente, ella suspiro mientras se acomodaba en sus brazos.

-. Ahora no tendrás que irte a tu casa después de irme a buscar al trabajo- ella cerró los ojos complacida, Sesshomaru le acarició el cabello, recordó como desde que se habían encontrado después de la muerte de Rin él la iba a buscar al trabajo todos los días, y la dejaba en el departamento que compartí con Sango, ahora ya no dormía solo, si no que su cama y corazón eran llenados con la calidez de su azabache.

-. Sí- se colocó sobre ella deslizando la sábana que cubría su desnudez-, ahora todas las noches- acarició su piel-, estas desnuda en mi cama- Aome se sonrojo pero no pudo decir nada, y lo único que salió de su boca fue en gemido cuando la penetró de una sola estocada.

Sesshomaru mordió su labio conteniendo un embarazoso gemido, y se movió de manera lenta pero intensa, Aome se retorcía bajo su cuerpo, beso su cuello dejando marcas nuevas en su piel, bajo un poco más llegando a sus pechos, aquellos suaves montículos se endurecieron bajo su aliento, tomó un pezón en su boca, la azabache gimió más fuerte, y movió su caderas volviendo más placentero aquel vaivén.

Aome cerró los ojos con fuerza ante los estímulos en su cuerpo, sus manos se enredaron en los cabellos plateados, los dientes de Sesshomaru le mordieron suavemente el pezón mandándole un ligero dolor que se mezcló con el placer. Los labios del ojos ámbar soltaron su pecho, y con un rápido movimiento ella quedó boca abajo en la cama.

Recibió una nalgada que la hizo levantar el trasero, las grandes manos le tomaron la cintura y sintió como Sesshomaru se hundía profundamente en su interior, un gemido ahogado salió de sus labios, la lengua de peliplata lamió su cuello y ella tembló, sí seguían así llegaría al orgasmo muy pronto, los labios de su esposo succionaron una zona sensible en su cuello, ahogó un gritó en las sábanas. Su clítoris palpito avisándole lo cerca que estaba, una de las manos del peliplata se metió entre sus piernas y le acarició su palpitante nudo, mordió las sábanas en intento de calmarse.