Capítulo 3

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-Esto no puede estar pasando...- Susurré, intentando que nadie lo escuchara, pero Danniel si que me escuchó, porqué se giró en dirección a ellas.

Allí se encontraban: Pamela, mi mejor amiga; Amanda y Beck. Mis supuestas amigas que hoy no podían quedar, porqué tenían cosas pendientes que hacer, y que se encontraban en el mismo establecimiento. 

Aún seguían sin darse cuenta de quién había alrededor de ellas, porqué estaban muy sumidas en la conversación tan divertida que tenían.

-¿Esa no es tu mejor amiga?- Inquirió Danniel con cierta curiosidad en el rostro. Yo por otro lado, estaba desconcertada, así que tardé varios segundos en salir del trance y responder.

-Emm... S-sí, es ella. Y el resto también son mis amigas.- Contesté, aún un poco ida.

-¿Cancelaste tus planes con ellas sólo para enseñarme la ciudad?

-Ni siquiera sabía que hubiera un plan para hoy. Sólo me dijeron que hoy no podían quedar porqué tenían tareas que hacer.- Dije, sintiendo un pequeño nudo en mi estómago. No era la primera vez que quedaban sin ella, a sus espaldas.

Cogí mi bolso, y salí lo más rápido que pude de aquél lugar. Sin percatarme, estaba yendo tan veloz que no me di cuenta que en perpendicular venía la camarera con nuestro pedido y, me choqué contra ella generando un gran estruendo dentro la heladería.

Todo el mundo se giró, mirando a la niña estúpida que no se había fijado en donde caminaba y había colisionado contra una camarera que solamente hacía su trabajo. 

Entre las miradas a mi alrededor, pude notar las miradas de mis supuestas amigas, que estaban mezcladas entre burla, sorpresa y culpa. 

Sin importar como de manchada fuera debido al helado y la Nutella, me levanté y abandoné el establecimiento lo más rápido que mis piernas me permitían en ese instante. Corrí unas tres calles, hasta dar con un parque. Éste no era muy grande, pero tenía muchos arboles y caminos para ir a andar con tu pareja o mascota, además, tenía también bancos para sentarse a contemplar el lugar.

Un mensaje me llegó al móvil, era Jenna. Me había mandado un enlace para ver un vídeo. Abrí el enlace, y este me llevó al Instagram de Beck, dónde se podía ver una nueva publicación en su historia. Mi mundo se vino abajo, cuando pude contemplar que el vídeo era yo estando en el suelo de la heladería, cubierta de helado. Entré en un estado de shock, no sabía qué hacer, ni como reaccionar.

En ese instante, noté que alguien me había seguido: Danniel

No pude aguantar más el llanto, y pequeñas lágrimas empezaron a descender por mis mejillas. En ese momento no me importó que él me viera llorar, ya había hecho mucho el ridículo aquel día como para avergonzarme aún más.

Rápidamente, él vino en mi dirección y me abrazó. Acariciándome el cabello y diciéndome que todo estaría bien, que las cosas se arreglarían. Pero yo no sabía si realmente quería arreglar las cosas con ellas, su traición me había partido el alma.

Me aferré a él, como si fuera a romperme si me soltaba. Me habían humillado como nunca lo habían hecho, y eso me estaba matando.


>>>

Estuvimos un rato sentado en uno de los bancos del parque. Yo simplemente me dediqué a observar la nada, mientras tanto, en todo momento tuve la cabeza apoyada en el hombro de Danniel y él encima de mi cabeza. Para mi sorpresa, en ningún momento Danniel se separó de mi lado.  

-¿Oye, quieres volver ya a casa? Lo digo porqué se está haciendo de noche, y debes de estar agotada mentalmente. No te iría mal descansar. Además, le prometí a tu madre que volveríamos a las ocho, y no quiero que me mate- Me sugirió. La verdad, es que si que quería dormir un poco. Pero en el fondo no quería que él se fuera. Me había hecho mucha compañía, y no quería quedarme sola.

-Pero, no te he podido acabar de enseñar la ciudad, y me sabe mal. Has desperdiciado toda tu tarde viéndome llorar como una cría. - Suspiré

-No ha sido ninguna molestia, además, me lo he pasado bien. Quitando el tema de tus amigas, hacía bastante gracia tu imagen cubierta de helado. - Dijo, dejando escapar una pequeña risa.

Ahora que lo pensaba, eso hizo bastante gracia. Reí también con él, porque, como él había dicho, quitando el tema de mis amigas, lo del helado había sido un poco gracioso. Suerte que me lo pude limpiar lo que tenía en la cara y el pelo, pero parte de la ropa se estropeó. Sólo espero que algo se pueda lavar o arreglar.


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