❄️30 Días Otp🔥 [𝑨𝒌𝒂𝑲𝒚𝒐-𝑲𝒚𝒐𝑨𝒌𝒂] - Hiatus

『Comiendo Helado』

• AU Omegaverse.

• 4/¿?

...
"A Akaza le gusta el helado, pero le gusta más cuando está en los labios de Kyojuro".

°|Sonrisas|°

El fuerte timbre resonó por toda la escuela, escurriéndose dentro de los diferentes pasillos y las aulas del lugar, avisando que la labor escolar había llegado a su fin. Remarcando con el persistente sonido que se mantuvo por algunos segundos hasta que se fue de la misma manera en que apareció.

── ¡Muy bien chicos, espero que todo haya quedado claro, los veo la próxima semana! ── se despidió de sus alumnos mientras guardaba algunos papeles en su maletín, cerrándose con un pequeño 'clic', y se lo colgaba en su hombro izquierdo, dispuesto a salir por la misma puerta de la que ya se habían marchado la mayoría de los estudiantes.

── ¡Rengoku-san! ── la fuerte mención de su nombre hizo que se detuviera en seco y se volteara en la dirección de la amable y conocida voz de uno de sus alumnos.

── ¿Qué sucede joven Kamado? ── preguntó, observando como el menor sacaba una pequeña bolsa blanca de su mochila.

── Quería darle esto. ── estiró sus manos con el objeto en mención, agachando un poco la cabeza ── Son unas galletas de avena con nuez, las hizo mi madre.

Miro con sorpresa lo que se le era extendido, ahora que lo tenía a unos cuantos centímetros de distancia pudo ver el delgado listón dorado con el que se había atado, asegurado con el pequeño moño formado ── Gracias Kamado, también dale gracias a tu madre de mi parte. ── tomó el objeto con una de sus manos, mientras depositaba suaves palmadas en la cabeza al menor con la que tenía libre. Deteniéndose para acomodar bien el maletín en su hombro; él peli burdeo levantó la cabeza, una grata sonrisa adorno su rostro, asintiendo levemente en afirmación.

── Sí, mencionó que eran saludables para el embarazo, estoy muy feliz por usted y Akaza-san ── pronunció, comenzando a avanzar hasta la puerta con rapidez, parecía haber recordado algo por el cambio repentino en su voz y su presente prisa. ── Hasta luego Rengoku-san, me están esperando ── escuchó, seguido de los pasos apresurados que se alejaban por los corredores hasta perderse en la distancia.

Los labios del hombre mayor se curvaron en una suave sonrisa. Había cumplido los tres meses y medio de embarazo, suficiente tiempo para que su vientre hiciera denotar su estado a la mayoría aunque, francamente, no creía necesario que el joven alumno, que se había marchado solo unos momentos antes, necesitara verlo con sus propios ojos, después de todo era el poseedor de un muy buen olfato tomando en consideración que era un beta.