Reserva cancelada

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Historia escrita por anjuvel

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Historia escrita por anjuvel

—Se lo repito por última vez. ¡Hice una reserva desde hace una semana! —exclama molesto un chico corpulento sobre la entrada de un restaurante de lujo.

—Le entiendo, señor Belmont. —Hace una pausa y revisa de nuevo, a través de la pantalla, el interior del local— Pero estamos en San Valentín.

—Debe haber un error. Siempre reservo aquí todos los años en este día.

—Deme de nuevo sus datos —demanda la mujer preocupada, queriendo arreglarlo de la forma en que puedan estar todos felices.

—Edward Belmont —responde gentil a la par que hastiado. Agradece que la chica sea amable con él pero sus ojos color miel miran con cansancio el lugar. Sin embargo, da gracias por estar esperando dentro, hay gente fuera que está como él y se están mojando bastante; luego no necesitarán ducharse piensa al verlos, marcándose en su comisura una ligera sonrisa.

—¿Señor Belmont?

—Sí —responde emocionado.

—Tenía razón, por favor acompáñeme.

El chico que porta un traje azul marino con rayas verticales blancas camina con paso seguro haciendo sonar el tacón de sus mocasines crema. La chica lo guía a través de múltiples mesas rectangulares mirando varias veces su tableta para saber donde se encuentra la mesa. Mira en la segunda planta del lugar a ambos lados. Finalmente, el aparato le marca una mesa redonda decorada con un candelabro en la parte superior. Edward traga con pesadumbre pero se sienta en el asiento que le señala la recepcionista.

—Disculpa, ¿por qué hay una silla enfrente mía? No espero a nadie —acota, intentando disimular su molestia. Quitando su trabajo como director, el señor Belmont prefiere la soledad.

—Al no haber más sitio tuvimos que hacer una reagrupación con las mesas. Pensamos que al ser San Valentín no le importaría a los clientes cenar con alguien.

—Entiendo —resopla y se centra en la carta que tiene platos típicos italianos.

—No se preocupe, seguro que le gustará la experiencia. Y si no es el caso, al terminar la cena no tiene que seguir hablándole a su cita. —Sonríe de forma comprensiva y añade—: Enseguida vendrá el camarero. Ánimo.

«Sí, como si fuese tan sencillo. Espero que pase el tiempo rápido. Porque no voy a cocinar en este día» Piensa mientras lee los platos, deleitándose por la comida. Su mente se centra en pedir lasaña o una pizza cuatro quesos. Aunque, el menú especial de los enamorados también le llama la atención. «¿Pero en que pienso?». Se pregunta a sí mismo. No entiende cómo acaso llega a pensar que es buena idea compartir unos platos con forma de corazón con una persona que no conoce. «Aunque ese dibujo es muy adorable»

San Valentín multicolor [ANTOLOGÍA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora