𝗙𝗔𝗞𝗘 𝗕𝗢𝗬𝗙𝗥𝗜𝗘𝗡𝗗 » HWASAN

» OO5.

Los ojos del pelinegro se abrieron de par en par al oír aquello, y sintió un escalofrío recorrerlo de pies a cabeza.

—¿Ese es tu reto? Pff, es demasiado sencillo. San y yo nos hemos besado varias veces y no es nuestro problema que no nos hayan visto —musitó, comenzando a mover su pierna con impaciencia.— Vamos, hombre, dame un reto de verdad.

—Y si es tan sencillo, ¿por qué no lo haces?

Realmente quería darle un puñetazo a Mingyu por lo idiota que estaba siendo.

—Ya te lo dije, no es un reto de verdad. Es normal que las parejas se besen cuando están en privado para evitar-

—Tú jamás te has negado a un reto, Seonghwa —dijo uno de sus compañeros, su mirada desafiante puesta en él.

—No me estoy negando, sólo quiero que me den otro. No sé, quizá algo como beber un trago fuerte o comer algo de la basura, ya sabes, un reto de verdad.

San, a su costado, trataba de mantenerse tranquilo para no salir corriendo del local. Estaba realmente asustado de quedar en vergüenza frente a casi todos los estudiantes de su escuela, pero la situación se estaba poniendo extraña y él no se sentía capaz de soportar tanta presión.

Además, cómo ya le había dicho a Seonghwa, no podía actuar como un verdadero novio con él porque el sentimiento que tenía era fraternal, y besarlo frente a todos sería.... bastante incómodo.

—Estoy comenzando a sospechar que ustedes nos engañaron —Mingyu habló con desinterés, riendo por lo bajo.— ¿Ustedes también creen que este imbécil nos está diciendo la verdad?

Todos los presentes gritaron un "no" acompañado de un abucheo colectivo. Seonghwa negó con la cabeza, intentando aclarar que no estaba fingiendo nada.

Al ver que los gritos escandalosos continuaron, se volteó hacia San, quien mantenía una expresión neutra mientras miraba sus zapatos.

—San —le llamó, sonando urgido.— ¿Crees que podamos-

—Por su puesto que no, ya sabes que no estoy dispuesto a llegar a tanto —bufó y se levantó para ir hacia la barra en busca de otra bebida para llenar su vaso.

Seonghwa mordió su labio, buscando la manera indicada para safarse de esa situación sin arruinar nada de lo que habían conseguido hasta ahora.

Sabía que habían establecido ciertas reglas para que ninguno se sintiera aún más incómodo con la situación, sin embargo, tener a más de cien personas gritando sin parar, incentivándolo a cumplir ese reto, le estaba haciendo sentir una presión agobiante.

Era un beso, un simple beso y nada más.

Debía hacerlo, no tenía otra alternativa.

Fue por eso que, cuando San llegó nuevamente junto a él, no esperó mucho tiempo para arrebatarle el vaso que había traído y susurrar un:

—Perdóname por esto.

San no tuvo ni un segundo para para procesar sus palabras, porque en un abrir y cerrar de ojos, tenía los labios de Seonghwa moviéndose con entusiasmo sobre los suyos.

Abrió sus ojos a lo grande, tratando de empujar a Seonghwa para que se alejara, pero este fue más astuto y sostuvo las manos de San con fuerza para evitar que hiciera cualquier movimiento.

Sintió, entonces, la palma del pelinegro sobre su nuca, acercando aún más su rostro e indicándole con ese gesto que debía seguirle la corriente por mucho que le disgustara.

Resignado, y sin mucho más que hacer, San comenzó a mover sus labios de igual forma, dejándose llevar por ese contacto prohibido y, de alguna manera, exitante.

En algún momento, Seonghwa consideró apropiado hacer esa escena aún más realista, así que apretó ligeramente la espalda baja de San para que este se quejara. Al hacerlo, Seonghwa se apresuró e introdujo su lengua, y para su suerte, San le permitió seguir con eso.

El beso no duró mucho más; se separaron a los pocos segundos, mirándose a los ojos antes de voltear hacia otra dirección, avergonzados.

—Wow —Mingyu hizo un gesto de excesiva sorpresa.— ¿Les consigo una habitación, par de maricas?

Muchos rieron ante su comentario, otros simplemente murmuraban acerca de lo ocurrido, aunque Seonghwa lo les prestó mucha atención.

San, a su lado, mantenía su vista en el piso.

—Lo siento —susurró, pero no recibió ninguna respuesta.

Cinco minutos más tarde, o quizá menos, San se excusó con que debía retirarse por una situación familiar. Pero Seonghwa sabía que no era cierto, también sabía que posiblemente San no quisiera verlo nunca más por su horrible actitud.

Todo el teatro que habían armado estaba derrumbando su amistad.

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