Dark Times 🥀 Dazai Osamu🔞

🥀IX: Chapitre huit

Akutagawa recibió una llamada, de Vera. Este sólo asintió al escuchar la nueva orden de la chica.

Se había infiltrado en aquel lugar, no con tanto éxito cómo habría deseado, ella era la única que no sabía el paradero de Dazai. Y cuándo le vio en ese lugar sólo pudo sentir molestia, ira. Quería realmente matarlo, la había dejado sola, esperándolo cada tarde en aquel lugar de siempre. Pero también... Deseaba abrazarlo. Deseaba decirle lo mucho que le había extrañado aunque le había dejado plantada.

(En otro lugar)

— ¿Es realmente este el sitio? —preguntó Tanizaki. — Señorita...

— Mi nombre es Leyla —mintió.

(Años atrás)

Vera estaba en su apartamento, pintaba un nuevo cuadro, en esos días hablaba poco con Dazai. Parecía más distante y no fuese por el que lo quisiera, tenía demasido "trabajo" encima tanto que, a veces sólo recibía llamadas de la chica.

Hacía más de un mes que habían empezado a salir. Algo que no le molesto a nadie. Pues mantenían su relación en secreto, tal y cómo el lo quería. La puerta del apartamento fue abierta, y ella supuso que era su novio.

No se molestó en ir a saludarle sabía que el, siempre le podía encontrar en su estudio.

— ¿Un nuevo cuadro? —preguntó mientras se acercaba a la rubia. Ella asintió mientras se levantaba para dejar sus pinceles en su sitio.

Dazai le miró estaba completamente llena de pintura desde sus brazos hasta su rostro. Lo que hizo que soltara una pequeña risa.

— ¿De qué te ríes? —quitó su delantal completamente manchado.

— Tienes pintura en la mejilla. —dijo acercándose a ella colocando su mano en la mejilla de la chica, para limpiar la pintura (ahora seca).

— Si, señor listo... Ahora tu tienes pintura en la mano —tomó su muñeca la cuál estaba vendada. — Estaba seca... —murmuró.

El castaño asintió.

— ¿Tienes hambre?

— ¿Cocinas?

— Desde hace mucho —sonrió.

— Creí que simplemente causabas incendios en casa.

Vera le miró hinchando sus mejillas tal cuál cómo lo haría una niña.

— ¿Quieres comer o no? —preguntó cruzandose de brazos.

—  Está bien.

La chica se dio la vuelta dispuesta a ir a la cocina de su pequeño apartamento. Dejando la pintura en su "estudio" el cuál era una habitación antes vacía, ahora completamente repleta de pintura y cuadros.

— ¡Vera! —llamó Dazai —¿No crees que se te olvida algo?.

La chica se encogió de hombros sin entender. Pero rápidamente se acercó a él, tomándole del cuello con ambas manos, mientras se ponía de puntitas un poco cortando la distancia que quedaba. Haciendo aquel beso dulce, nada parecido a los anteriores. Su brazo pasó a tomar la cintura de la rubia.

(Actualmente)

La rubia de cabello corto, observaba la situación. Dejando todo el trabajo a Higuchi quién realmente, no le interesaba Vera simplemente. A decir verdad ella le odiaba, no por su actitud.

Le odiaba saber que Akutagawa estaba tras ella. Y aunque la mayoría de veces Vera le rechazaba diciéndole que era un niño para ella. Parece que el azabache no le prestaba atención.

Se acercó al cuerpo de los dos chicos que ahora estaban tendidos en el suelo. Sólo quedaba cierto albino.

Tomo la pequeña caja de cigarros que guardaba en su bolso, sacó uno para luego colocarlo entre sus labios y antes de encenderlo escuchó a alguien toser.

— ¡Hasta que al fin llegas! —dijo con sarcasmo —Si, no pensabas en llegar iba a terminar ésto yo sola... —encendió el cigarro.

—... —No respondió.

El ruido de sus tacones algo bajos resonó por el callejón. Mientras ella se acercaba hasta estar tras el chico. Quién anteriormente había abofeteado a la otra rubia.

— ¿Una relación tóxica? —bromeó mirando a Higuchi.

— No es asunto tuyo Vera... —murmuró.

— Hmmm tal vez no lo sea, pero si actúas de esa forma nunca notará que existes, ¿No crees? —soltó el humo de su boca observando la pelea.

— ¿Tu que sabes?

— Demasiado cómo para poder ayudarte... Pero —le miró. —Tu me odias, nunca aceptarías mi ayuda incluso si estuvieses a punto de morir.

—...

— Si yo supiese el por qué me odias...

— Pienso que no deberíamos de hablarlo ahora...

— ¿Por qué? Veo una forma de hablarlo. —Su vista regresó al frente. — Es decir mira...

— ¿Hmm?

— Mira, es sólo un... Niño —sonrió. — Y allí va el Tigre. —dijo observando cómo el cuerpo de aquel había sido atravesado.

Pero claramente aquello era una ilusión.

— ¿Sigues vivo? —murmuró viendo a Tanizaki.

En ese preciso momento en el que volverían a enfrentarse, algo o más bien alguien se colocó entre ellos. Interrumpiendo.

— De acuerdo, así es suficiente —dijo aquella voz que Vera conocía demasido bien.