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- ¿Es que se quedó mudo o qué? - río Manin a través del teléfono.

- Hey, soltá a Yeimy mijo, soltala - dijo Charly de forma amenazante, aunque en el fondo no podía controlar el miedo que sentía. Sabía que su tío estaba loco, sabía que podía pegarle un tiro en cualquier momento y acabar con todo.

- Oigan a este - dijo él entre risas- ¿Te embobaste o qué? Acá la tengo arrodillada como tiene que estar, contando los minutos que le quedan.

- Hey tío, calmáte pues, no hagas nada de lo que te puedas arrepentir, escucháme. - dijo Charly intentando controlar la respiración, en su voz se notaba el pavor que estaba sintiendo.

- ¿Y yo por qué putas me voy a arrepentir a ver? Si esto es lo que vengo buscando desde el principio, que la perra de Yeimy Montoya se muera.

- Mijo escucháme, si la matás toda la policía te va a caer encima, ¿eso querés?

- ¡Cállese! ¡Me importa un culo! ¡Esta se muere hoy porque se muere! Es más, te invito a que vengás sobrino, esto se va a poner bueno.

- Hacele, hacele, decime dónde estás.

Manin le explicó a Charly que en un rato le mandaría la ubicación al teléfono, él aceptó y colgó la llamada. Giró sobre sí mismo llevándose las manos a la cabeza desesperado y lanzó el teléfono con fuerza contra el sofá. Respiraba agitadamente y sus ojos comenzaban a aguarse. Acto seguido volvió corriendo a buscar el celular y lo miraba a cada rato impaciente por recibir el dichoso SMS.
Subió las escaleras de dos en dos hasta llegar al cuarto, ahí buscó entre sus cosas y sacó una pistola que llevaba guardada. Se la llevó con él.

El tiempo pasaba despacio, los minutos parecían horas y Charly estaba empezando a perder la paciencia. Volvió a mirar el celular y nada que llegaba ese mensaje. Soltó un grito de frustración y lanzó contra la parez un objeto decorativo del mueble que estaba bajo la tv.

Por fin su teléfono sonó y éste abrió el mensaje rápidamente. Echó un vistazo a la ubicación y soltó alguna que otra mala palabra al darse cuenta de que estaba bastante lejos. Salió corriendo hacia el carro sin pensárselo dos veces, no sin antes guardarse la pistola bajo sus jeans.

Comenzó a manejar rápidamente, las lágrimas empezaban a caer por sus mejillas con tanta facilidad que tenía que restregarse los ojos para poder ver bien la carretera. Su mente no paraba de pensar en Yeimy, se imaginaba lo que podría estar pasando en estos momentos, mientras él seguía intentando llegar.

- Aguantá princesa, vos hoy no te morís - Dijo Charly mientras secaba sus lágrimas.

Aceleró desesperado y continuó manejando. Al cabo de unas horas se desvío por un camino de tierra, tal y como le indicaba el GPS. Continó manejando unos minutos más hasta que llegó a divisar una pequeña casa vieja a lo lejos. Pisó el acelerador y llegó lo más rápido que pudo. Al parar el auto se dio cuenta de que solamente había una camioneta, así que dedujo que Manin estaba solo o como mucho con una persona más.

Bajó rápidamente del carro muy enojado y asustado y comenzó a caminar rápidamente mirando para todos lados. Se aseguró de llevar la pistola encima.

- ¡MANIN! ¡MANIN! ¡YA ESTOY ACÁ, ACÁ ME TENÉS! - gritó desesperado mientras seguía buscando en todas direcciones.

Cuando llegó a la parte de atrás de la casa pudo ver a Yeimy a unos pocos pasos de él, arrodillada en el suelo, asustada y con los ojos llenos de lágrimas.
Comenzó a correr hacia ella como un loco.

- ¡Yeimy! ¡Yeimy! - dijo mientras corría. Al llegar donde estaba ella se tiró al suelo arrodillado para quedar a su altura y comenzó a toquetearla y a mirarla por todas partes para asegurarse de que estaba bien.

AMOR AMARGO [Terminada] حيث تعيش القصص. اكتشف الآن