32

642 70 85
                                    

¿Cómo es que llegamos a está situación? No tengo ni la más remota idea.

En éste momento me siento como protagonista de esas novelas chafas de romance juvenil en dónde él popular se enamora de la nerd y la tiene arrinconada contra los casilleros.

Su agarré se hizo más fuerte en mí cintura.

- Enserio, deberías de controlar tus hormonas.- Dije tratando de no sonar nervioso.

- ¿Porque debería de hacerlo?- Sonrió ladino.

- Pareces animal en celo.

- Uh, espero que si me imaginas como un animal que sea como un depredador y tú como mí presa.- Murmuro cerca de mis labios.

- Ya vete.- Mis manos estaban en su pecho tratando de alejarlo de mí.- ¿Sabes lo que es el espacio personal?

Él me ignoro por completo.

- Esto es acoso, me estás acosando, animal.- Dije frustrado.- Ya déjame ir, cualquiera que nos vea va a pensar cosas que no son.

- Son las 3 a.m., nadie está en las gradas más que tú y yo.- Contestó con obviedad.

- Si no me sueltas, juró que voy a gritar.- Amenace.

- Hazlo.- Reto.- Dudo mucho que alguien te escuché.

Maldito, es un aprovechado.

Estamos en una posición algo ¿Peculiar?

Nos encontramos en una de las orillas de hasta arriba de las gradas, mi espalda está recargada en la pared, mientras que él está sentado con mis piernas en su regazo, literalmente estoy casi sentado sobre él, esta posición es peculiar por el hecho que el espacio personal no existe.

- Me gusta el labial de sandía que usas.- Susurró.

- Es de fresas.- Mentí.

- No te gustan las fresas.- Maldito x2.

- Entonces es de durazno.- Contesté con seguridad.

- Nop, es de sandía.

- Bueno, si tanto te gusta el labial de sandía, te lo regalo.- Hice el intentó de llevar mí mano al bolsillo de la sudadera pero me detuvo.- ¿Que?

- Extraño tus besos.

- Y los seguirás extrañando.- Contesté.

- En este momento podría besarte.

Solo quiero huir, así que adiós dignidad, hola espacio personal.

- No se besar.- Confesé y estoy seguro que mis mejillas se sonrojaron.

Él se rió levemente.

- No te burles.- Golpeé su pecho.- Sólo yo puedo burlarme de mí mismo.

- Eres una ternura.- Acarició mí mejilla.

- Hagamos un trato.- Lo empuje y después de tanto tiempo él accedió a alejarse.

- ¿Que tipo de trató?- Me miró curioso.

- Tú tienes a tus queridas admiradoras, ¿No es así?

- Ajá ¿Y?- Respondió sin interés.

- Yo no se besar, pero te aseguro que ellas sí, entonces te regalaré mi bálsamo de sandía, y cuando te vayas a besar con alguna le pides que se lo ponga.- Le extendi el bálsamo.- Tú eres feliz porque besaste a alguien y sus labios sabrán a sandía, y yo seré feliz porque voy a estar libre.

Él me miró incrédulo y de un momento a otro, nuevamente estoy arrinconado contra la pared.

- Sólo me gustan tus besos.- Confesó.- Y el bálsamo de sandía sólo me gusta cuando está en tus labios.- Fuertes confesiones.

𝐏𝐨𝐩𝐮𝐥𝐚𝐫𝐞𝐬 𝐯𝐬 𝐑𝐞𝐜𝐡𝐚𝐳𝐚𝐝𝐨𝐬Where stories live. Discover now