Capítulo 2.

12 1 0
                                    

HAYDE

El olor a alcohol inundaba mis fosas nasales. Todavía había cajas y cajas de cerveza.
No podía asimilar que hubiera adivinado mi nombre de esa forma.

Me ponía nerviosa.

Rara vez me pongo nerviosa.

—¿Ya te has quedado sin palabras? —preguntó.

—¿Cuál es tu nombre? —evadí la pregunta.

—¿Quieres que te haga adivinar qué estoy bebiendo para adivinarlo? —arqueó la ceja, jocoso.

—Si hace falta, entonces lo haré.

—¿Pretendes besarme, otra vez?

—Soy más lista que eso.

—¿Estás diciendo que no fui original?

La conversación estaba tomando otro rumbo, y no era uno que pudiera manejar.

—Estoy diciendo que eres muy predecible, y estoy segura que si me pones a jugar adivinaría, porque no has bebido nada, a menos que sea agua —lo miré a los ojos, firme.

Sus ojos titubearon unos segundos.
Volví al juego.

—Mi nombre es Helder Miller.

—Al menos algo de ti no es básico —relamí mi labio inferior, algo burlona.

—¿Insinúas que el resto de mí, lo es?, no me conoces de nada.

—Podría hacerlo.

—Me parece que se te han pasado algunas copas.

—Estoy lo suficientemente sobria como para saber lo que estoy diciendo.

Desvió la mirada y mojó sus labios. Esto comenzaba a hacerse interesante. Su cabello castaño y sus ojos color avellana se robaban mi atención, era guapo. Muy guapo.

Se veía como la clase de chico que te manda a terapia.

Concéntrate, Hayde.

Lo único que me desconcertaba era el bastón con el que se sostenía. ¿Había tenido un accidente?

No seas imbécil. Si está con un bastón es claro que algo le sucedió.

La curiosidad me mataba, pero no me iba a atrever a preguntar; no era prudente.
Entonces sentí como alguien me tomaba del brazo.

—Hey, ¿todo bien?

Asentí un tanto confundida. Era Melissa, mi increíble amiga desde los ocho años, que prefería a su ligue en la fiesta.

Tremendo red flag, Mel.

Morena, alta. Su cara era totalmente simétrica y según la mayoría de chicos podría hacerle competencia digna a Afrodita.
Para su mala suerte, el interés de mi amiga estaba en una chica rubia.

—Estoy harta de rechazar a los chicos ebrios, nos vamos para seguir bebiendo en la casa, ¿vienes, o...? —su mirada se centró en Helder.

Simplemente me enfoqué en mirarlo de igual forma. Joder, ¿por qué siento que la voz me va a temblar?

—Ojalá que tu mejor amiga vuelva pronto —le dije con toda la fuerza del mundo para no tartamudear.

—¿Te irás?

Cuanto quisiera decirle que no.

—¿Quieres que me quede? —arqueé la ceja.

Sus ojos titubearon unos segundos.

—No.

Auch.

Asentí y me di la vuelta con intenciones de irme, sentí una punzada de desilusión. No sé qué esperaba, apenas lo conocí, no iba a rogarme por quedarme a pasar el resto de la noche con él.
Pero entonces sentí que alguien puso una mano en mi hombro.

—¿Me das tu número?

Me quedé callada.

Ah no, ahora gánatelo.

Sonreí y agache la cabeza, —Si te interesa vas a averiguarlo.

Y con esto, me fui.

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Aug 01, 2022 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

HuracánWhere stories live. Discover now