[El Vino Espumoso De Mi Juventud.]

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En aquella noche no pensaba nada más que en llegará el día tan deseado, estaba desesperado por verte y decir que si a todo.

Mi mente solo vivía para ti.
Mi corazón se dedicaba a amarte.
Mi piel pedía tocarte a gritos.

En ese momento está tan deslumbrado por la belleza que emanabas.... Que no pude llegar a pensar en que pasaría solamente con una copa....

-Brindemos.. por nuestro amor..
En esta noche donde la madre Luna nos acompaña y escribe nuestros destinos.
Celebremos por adelantado nuestra boda, tu vida y la mía en estas copas.

Fueron mis palabras llenas de alegría y tranquilidad.

Recuerdo que mientras servía en las copas el vino, tu me dijiste..

-Nuestro destino lo decide el padre creador..
La madre luna solamente es un testigo de esto, mientras nosotros festejamos, el padre está ocupado escribiendo nuestros caminos con detalles delicados...

Me sorprendió esas palabras.

Si me dieran a elegir una palabra para explicar lo que sentí... Sería.

Sukha... La alegría inexplicable que me llenó al saber que querías unir tu vida a la mía.

O tal vez.

Inefable.
Tantas emociones en una que no podía explicarlo con palabras...

Me sonrojo pues note tu risa tranquila que intentabas ocultar con tu mano.

No preste atención y termine de servir el vino en las copas.
Te iba a entregar la Copa que tenía en mano cuando noté que comenzaste a soltar tu cabello.

Deje la Copa en la pequeña mesita que nos acompañaba en esa deslumbrante noche.

Me acerque con cuidado y como si pudieras leerme.. dejaste de intentar soltar tu cabello y sentiste con una cálida y pequeña sonrisa.

Me acerque con alegría y rapidez, apenas toque tu cabello, no pide evitar el acariciarlo por unos minutos, era un cabello demasiado hermoso, negro como la tinta, lacio, brillaba con reflejos azulejos, tan largo y delgado, podría jurar que si hacia un mal movimiento se rompería.
Segundos después escuche tu risa y eso me devolvió a la realidad. Con vergüenza y timidez comencé a desarmar las hermosas trenzas francesas que mantenían tu cabello recogido.
Cuando termine no dude ni un segundo en apreciar a la hermosa mujer que tenía en frente.
No pude evitar preguntarme algo.

-¿como pude enamorar a esta joven tan elegante?...

Si dijera que no me enamoré más de lo que ya estaba por ti, estaría mintiendo..
Cualquier que hubiera estado en mi lugar me entendería.

Tu rostro perfecto y sereno..

Tus ojos grandes e iluminados por la calidez del amor que inundaba tu mirada, el color dorado resaltaba en ellos.
Las pestañas largas y hermosas que adornaban tus ojos.
Unas cejas finas y relajadas.. daban la sensación de calidez....
Aquellos labios finos pero gruesos, carnosos y rojizos eran lo que más resaltaba entre tu piel palida.

Llevabas los ropajes blancos con detalles en celeste que representaban a la familia de donde provenias.

Tu cuerpo delgado con curvas que me volvían loco, la ropa se moldeaba de buena forma en tu cintura y piernas.

Con tu manos suaves y delicadas me acarisiaste el rostro haciendome volver a la realidad por tercera vez.

De nuevo me puse nervioso e intente ocultarlo dándome la vuelta.
No funcionó pues escuche otra vez tu delicada risa, sin más que hacer me Di la vuelta y te entregue la Copa de vino que sostenía.

El Vino Espumoso De Mi Juventud.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora