Capítulo 4

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Esto se sitúa 10 años antes.

Era de noche, las farolas de las calles que estaban iluminadas hacían compañía a las estrellas, y éstas a su vez acompañan a la luna causando así un paisaje hermoso que cualquier niño desde su ventana miraría sin aburrirse, como a la pequeña Mirabel quien se encontraba apoyada en su ventana admirando el paisaje que se encontraba antes sus ojos.

En eso su tío abrió la puerta para darle las buenas noches.
-Vamos Mirabel, ya es tarde y tienes que dormir.-Le dijo Bruno con una voz suave.
-Pero no tengo sueño.-Y era verdad, a Mirabel le costaba conciliar el sueño aunque luego por la mañana no había forma de despertarla.-Además mira que bonita está la noche.-Mirabel señaló a la ventana y notó una mirada de asombro de su tío.
-Tienes razón es muy hermosa,pero tienes que dormir que luego sabes que tengo que llamar a las ratas para despertarte.

Mirabel frunció el ceño un poco pero luego se calmó.
-¿Podrías contarme un cuento?Por favor...-Lo último lo dijo con ojos de cachorrito.
-Esta bien, pero si me prometes que te dormirás.-La niña solo asintió esperando el relato de su tío.

-¿Conoces a Encanto?-Mirabel negó con la cabeza. - Pues es un lugar de aquí de Colombia.Y ¿quieres que te cuente como se originó, que pasaba en ese lugar y la historia de uno de sus habitantes?-Mirabel asintió frenéticamente con la cabeza.

Bruno no pudo evitar reírse por lo bajo por el comportamiento de su sobrina.
-Bien, pues ahora quiero que estés atenta que voy a empezar.

-Hace mucho, pero que mucho tiempo unos jóvenes se enamoraron, se casaron y tuvieron tres hijos.

Lamentablemente unas personas muy malas invadieron el pueblo donde vivían y tuvieron que huir. En la huida el marido de la mujer se sacrificó para defender a su familia y al pueblo, pero lamentablemente no lo consiguió y falleció...

Cuando todo parecía perdido la vela que llevaba la mujer empezó a brillar y de ella surgió una luz que derrotó a los malos y no solo eso si no que además de la nada hizo aparecer montañas alrededor de donde estaban y una casa, pero no era una casa cualquiera, no, esta estaba viva.
La mujer junto a sus hijos se mudaron a aquella casa, y pasado el tiempo un pueblo se fue formando, todos vivían felizmente, habían encontrado un nuevo hogar, uno que los protegería de los peligros del mundo.
Pero si creías que aquí acaba, estás muy equivocada ya que... ¿Te acuerdas de los trillizos? Pues cuando cumplieron los 5 años a cada uno se le otorgó un don.
-¿Qué es un don?- Mirabel le interrumpió.Bruno buscaba las palabras adecuadas para que una niña de 5 años pudiera entender.- Veras...un don...es...como una habilidad especial que tú tienes,pero esto eran dones especiales,eran mágicos.- Bruno notó un brillo en los ojos de su sobrina y un poco enternecido acarició el cabello rebelde de Mirabel.
-¿Y cuáles eran sus dones?
-A la mayor el don de curar con la comida que preparaba, a la del medio el don de controlar el clima con sus emociones y el menor el don de ver el futuro.

Los hermanos ayudaban al pueblo lo más que podían, pero el menor no lo pasaba tan bien...
-¿Por qué?.- Preguntó Mirabel con una cara triste.

-Cuando el veía el futuro muchas veces, casi siempre eran cosas muy malas y por eso casi todo el mundo no quería estar con él.

Mirabel frunció el ceño. - Pero esto no es justo, el no tiene la culpa de las visiones, además esas visiones podrían servir para advertir de lo que no hay que hacer¿ verdad?

Bruno paresia sorprendido por la respuesta de Mirabel con tan solo 5 años había encontrado una utilidad a un don que más bien parecía una maldición. - Sí...- Era lo único que se le ocurrió contestarle.

-Si ese lugar existiera yo me haría la mejor amiga de ese niño. - La pequeña Mirabel dijo lo último con un bostezo muy largo.

Bruno se acercó a ella para darle un beso de buenas noches.

Al estar ya en la puerta le dirigió una palabra a su sobrina en un susurro para que esta no lo pudiera oír aunque en el fondo de su corazón lo quería gritar a los cuatro vientos.

-Gracias.




En el presente.

Mirabel, Lucía y Leydi no paraban de charlar, y de jugar(aunque esto último era para no aburrir a la cumpleañera)

-Aún no te he dado mi regalo. - Dijo Mirabel mientras escondía una caja detrás suya.

Leydi la miró sorprendida.
-¿Creías que el espectáculo era solo tu regalo?- Dijo juguetonamente.

-Hay... Quiero verlo ya por favor.- Dijo la menor dando pequeños saltitos de emoción provocando una pequeña risa por parte de Lucía.

-Bueno aquí tienes, espero que te guste lo hice yo misma.

La niña abrió la caja y se encontró con un animal de peluche, era un camaleón de color verde.

Las primas estaban sorprendidas ante el peluche tan bien hecho.
-¿De verdad lo has hecho tu?- preguntó Lucía sorprendida.

-Se me da bastante bien lo de coser, la costura... Es más la razón que elegí lo que estoy estudiando es para poder ir a estudiar clases de costura.

-¡¡Me encantaaaa!!- Leydi no podía con la emoción.

-¿Algún día me enseñaras a coser, cantar...? Vuestras ratas, quiero ver vuestras ratas... - Leydi estaba tan emocionada que apenas notó el intento de su prima mayor en tranquilizarla.Hasta que notó una mano en el hombro.

-Leydi, estate tranquila,no sabes si Mirabel está ocupada o no.

La mencionada sonrió- No te preocupes por eso Lucía.- Dirigió su vista hacia la niña. - Cuando pueda enseñarte algunas cosas te lo enseñare, ya te avisaré.Y en cuanto a las ratas... ¿para que avisar?. -

Dicho y echo Mirabel llamó a sus pequeñas amigas, pero para su sorpresa y preocupación ninguna vino.

No sabía lo que pasaba. Buscó a las ratas con la mirada, hasta que las encontró. Estaban en la mesa de los adultos.
Parecían preocupadas, Mirabel se dio cuenta de que también las personas lo estaban.

Mirabel no sabía lo que pasaba hasta que se acercó...

-Tío...

¿Dones?¿Qué es eso?-Encanto[Au] Onde histórias criam vida. Descubra agora