⌱ Corazón ardiente. ℘|℘ 𝑱. 𝑱𝒌 • 𝑲. 𝑻𝒉

Capítulo 04

— El gran príncipe DaeHyun, que gusto conocerlo.

Siguiendo con el trabajo, al fin llegó ese niño que Taehyung tanto esperaba. Sonriendo encantado por ese rostro de mejillitas gorditas y cabello claro Taehyung le dio permiso a entrar, aunque noto un tanto de recelo en su caminar y mirar.

Le pareció un tanto extraño no encontrar algún parecido al rostro del azabache, pues DaeHyun tenía labios más pomposos, ojitos más rasgados y una nariz pequeñita pequeñita. Pero aún así, esa manera de inspeccionarlo con recelo era idéntica a la de su hermano.

— ¿Quien le dijo que me llamaban así?

— Tus amigos. — Le señaló la camilla, pidiéndole que se acerque.

El pequeño miró ese lugar un tanto alto y la pequeña escalera que Taehyung le acercó para poder subir. Pero no quiso esa torpe ayudita, por eso puso sus manos en la camilla y dio un brinco, subiendo su rodilla hasta subir y acomodarse.

Taehyung sonrió, tan orgulloso como su hermano.

— Se ve que te adoran, todos dicen que eres hermoso y genial. — Mencionó sonriente.

Al pequeño le cambió la expresión de golpe. Sus ojitos brillaron y hubo un suave cambio de color en sus mejillitas, apenado por lo dicho y su amable vibra.

— Aigo... — Murmuró avergonzado, agachando la cabeza en su intento de esconder su rubor.

— Comenzaremos el chequeo, ¿Estás de acuerdo? — Primero se aseguró de tener su consentimiento.

DaeHyun ojeo esos elementos acomodados a su lado, los que estaba seguro que el doctor iba a usar. Eso lo hizo sentir nervioso. 

— Hyung... — Llamó inseguro. — ¿Va a doler?

— Ni un poquito. — Negó al instante. — Serán como caricias.

— Que alivio. — Exhaló con paz. — No todos son tan amables como usted.

A Taehyung no le sorprendió oír eso, ¿Como no creerlo después de lo que hicieron? Que lamentables eran.

— Ah, los soldados son algo tontos bajo el mando del señor Ban. — Siguió la charla comenzando el chequeo. — ¿Les hicieron daño?

— No aún. Pero mi Hyung dice que lo harán pronto.

Taehyung lo ojeo curioso, conociendo otra perspectiva de ese líder, una más profunda y exacta, pues su hermano seguramente estaba todo el día junto a él.

— Por eso esta algo enojado y triste. Odia que nosotros estemos desprotegidos, y lo estamos bajo esas armas que ellos tienen.

— ¿Por que dicen que les harán daño? — Aún no comprendía esa parte.

El menor abrió los ojitos y escondió los labios, como si hubiera hecho algo malo.

— Uhm... — Desvío la mirada. — Mi Hyung no me permite hablar sobre eso.

— Oh, comprendo. — Dejó las presiones, enfocándose en su trabajo. — Lo siento.

Curioso por esa nula necesidad de insistencia por más que quisiera saber, el doctor continuó profesionalmente para corroborar su estado. DaeHyun solía ser un mediador de noticias del pueblo cuando su hermano salía a cazar o a asegurarse la seguridad del bosque, y por eso acostumbraba a ser invadido con pedidos de información por algunos de los de la manada en la ausencia de su hermano.

De cierta manera, la calma, comprensión y profesionalismo de ese dulce doctor, le hicieron sentir ganas de contárselo todo.

— Por la guerra y la extinción. — Solo dijo.