The day we met - [KatsuDeku] H I A T U S

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| 2 | Parte 2 |

I Don't Know Why - Imagine Dragons

Izuku estuvo un poco renuente a subir al auto del príncipe, era un Audi R8 rojo, no mentiría que era hermoso, pero demasiado llamativo. Había tratado de convencer a Bakugo de ir en otra cosa y maldijo en sus adentros dejar su auto en el taller justo esa mañana.

Después de convencer a Midoriya de que no había nada sospechoso en el automóvil y que subiera, emprendieron camino por las calles del centro. Lo que sea que haya esperado Bakugo de su día en Hokota, definitivamente no era lo que estaba pasando.

Se detuvieron en un pequeño local de comida para el almuerzo, habían tenido que esperar unos minutos para ser atendidos. Katsuki secretamente había adorado el sabor del ramen, saboreó todas las motas de especias en su lengua. En la Casa Real hacían lo que quisieran de comida, pero definitivamente el ramen en ese preciso local de Hokota era de otro mundo.

Izuku le había puesto atención al príncipe, un poco sorprendido de la dudosa cantidad de picante que puso en el caldo, pero no dijo nada. El chico peliverde sacó conversación aquí y allá sobre cosas triviales, y se alegró cuando el príncipe había hecho un par de preguntas sobre su profesión.

Bakugo había escuchado a detalle como Midoriya hablaba sobre los mocosos a los que les daba clases. Excesivamente emocionado por enseñar y guiar a sus alumnos por buenos caminos.

—Demasiada paciencia para tu propio bien. — resopló el rubio cuando el otro terminó la perorata sobre sus alumnos.

—Por supuesto, esa es la clave de saber enseñar. No sirve de nada que yo trate de dar clases si no tengo amor y paciencia por mis alumnos y su bienestar. —suspiró Midoriya.

—Supongo que tienes razón. — contestó. Izuku le dio una pequeña sonrisa y Katsuki se encontró a si mismo admirándola con demasiada atención.

El príncipe carraspeó y desvió la mirada.

Les tomó un rato terminar su comida. Izuku no dejó que el príncipe pagara como Katsuki había estado insistiendo. Si Midoriya le dijera a alguien que había pagado por el almuerzo del príncipe de Japón, nadie le creería.

Izuku le indicó el camino al príncipe para llegar al centro, Katsuki reconoció el lugar al que llegaron. Era la panadería donde se habían conocido un par de días atrás. El profesor le dijo que bajaría solo, no iba a tardar. Y no mintió, solo se demoró un par de minutos y cuando volvió a entrar al auto, traía en sus manos una bolsa de papel oscuro.

—¿Qué es eso?

—Es para nuestro siguiente destino. — explicó Izuku. —Como te dije, tengo un par de cosas que hacer y una de ellas es ir al taller donde está mi auto y de paso llevarle el almuerzo a un buen amigo. — Katsuki se quejó haciendo que Izuku pusiera los ojos en blanco. —Le dije que tenía cosas que hacer. — repitió.

—Sí, sí. — murmuró el rubio, acelerando el auto. —Y deja de referirte a mí de esa forma. Somos como de la misma edad. Puedes tutearme. — refunfuñó. Izuku soltó una corta risa.

—¿Cómo podría no hacerlo? Eres...

—Katsuki. — interrumpió. — Solo soy Katsuki.

Izuku le dio una mirada. Bakugo parecía un poco irritado hacia el título, pero solo siguió mirando al frente, fingiendo no darse cuenta de la mirada esmeralda. Midoriya suspiró, no insistió en el tema, hubo algo que le decía que hiciera caso al príncipe, bueno, Katsuki.