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𓏲 Los pocos rayos de luz que entraban a la habitación eran suficientes para despertar al pequeño inupi, quien abrió sus ojos con cuidado y al ver a koko aún dormido y desnudo hizo que se levantara rápido, una vez se levantó sintió un horrible dolor en sus caderas y trasero por todo lo que pasó anoche, pero no era momento para pensar en ello, ahora debía aprovechar para escapar.

— Muy rico y todo pero debo irme — susurro y tomo su ropa en el suelo que estaba regada por la habitación

Inupi se apresuró a cambiarse y buscar el pantalón de koko donde era seguro que tendría la llaves de la casa, dicho y echo, inupi abrió rápido y con cuidado la puerta principal donde una vez abierta se echó a correr y con el poco dinero que le saco a KoKo al encontrar las llaves tomo un taxi para irse a su departamento.

Tal vez amará al pelinegro pero sabía que estaba mal que lo tuviera encerrado ahí, que lo haya golpeado y tocado, tal vez lo perdono y dio oportunidad de aún intentar conquistarlo pero aún así, el estaba decidido a irse de aquel lugar, tener un vida donde no deba estar encerrado y nisiquiera poder ver por la ventana, y lo más importante, reprimir sus sentimientos por hajime, no quería amarlo, tenía miedo a amarlo, se besaron, si, pero no sé sentía el indicado para estar a su lado, tenía miedo que lo volviera a ver cómo akane y lo vuelva a llamar por ese nombré.
Pero por otra parte quería estar a su lado, ser con quién despierte cada mañana, ser aquella persona a la que le entregara su vida y tiempo, poder hacerlo feliz hasta el día de sus muertes, serle leal como en los viejos tiempos, confiar en el, entregarse a el como aquella noche, solo poder vivir tranquilo con Hajime sin importar que digan los demás.

— Gracias — dijo inupi mientras salía del taxi y se adentraba al edificio, tomo el elevador para llegar más rápido arriba — Mierda y ahora como entro ... — miro la puerta y luego miro el solitario pasillos

Aún que le dolieran también las piernas inupi pateo con fuerza la puerta haciendo que se abra de una sola, se adentro a su departamento que tenía un extraño olor a menta y vainilla.

— Aún tengo llaves de repuesto — sonrió levemente al ver qué tenia unas segundas llaves, cerró su departamento con llave y fue a su habitación donde fue abrazodo por el frío se acerco al espejo y vio las marcas en su cuello y hombros — Ahora que lo noto está playera no es mía — sonrió recto

Busco entre sus cajones un poco de ropa y se metió a bañar.
El agua caliente recorría su cuerpo hasta dejarlo completamente mojado, sus manos de inupi se deslizaba con aquella esponja por su cuerpo dejando rastros de espuma, sus rubios cabellos tenían también espuma por el shampoo, termino de enjabonarse y volvió a abrirle a la regadera para enjuagar su cuerpo y dejarlo con aquel olor dulce a lavanda, se vistió y cepillo su cabello para irse a la cocina y preparar algo de comer.

— ¿ Ya se abra levantado KoKo ... ? — dijo mientras echaba dos huevos a la sartén

El sol comenzaba a posarse más alto dando a entender que por fin era medio día, la brisa era fría y los rayos de sol apenas y lograban brindarte algo de calor.





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   © B O T E N. 





Por otro lado, Kokonoi apenas se levantaba, tenía un leve dolor en sus espalda por los rasguños pero no le importaba en lo absoluto, se giro para ver a inupi y al ver qué este no estaba se sentó rápido en la cama y miro a los lados, el rubio no estaba, se levantó de la cama y tomo su ropa que también estaba regada por la habitación y se cambió rápido aún que no se puso playera ya que la que se iba a poner le queda un tanto ajustada.

— A lo mejor está en la cocina — dijo con una leve sonrisa ya que su playera no estaba — tal vez se puso mi playera — salió de la habitación y bajo a la cocina donde no vio a inupi pero si vio la puerta abierta con las llaves colgando en la chapa de la puerta

Sabía muy bien que inupi se escapó, de otra forma las llaves y la puerta no estarían ahí.
No le molestaba que inupi haya escapado, lo que lo molestaba y ponía algo sentimental era el echo de que inupi se acostara con el, que le dijera que también le gustaba y lo amaba solo para alcanzar su objetivo, o eso era lo que creía.

— Tendremos una larga charla de esto Inui ... — miro molesto la puerta aún abierta y después la cerro — Irte sin mínimo dejarme un nota — dio una risa nasal

Koko regreso a la habitación y busco rápido algo de ropa que ponerse, se metió a bañar rápido se vistió y arreglo, bajo a la cocina y solo se preparo un café algo amargo, termino de comer y tomo las llaves de su casa y auto, no dejaría a inupi ir así de fácil, no le importaba que se viera obsesionado, loco, estúpido o enfermo, el quería estar con Inui, el era de su propiedad era solo de el y eso se lo dejo claro en dos ocasiones.

Su mirada estaba siempre al frente, manejaba como si nada aún que se notara que estaba enojado, cada alto que pasaba era odioso para el, tomo su teléfono para mirar la hora y vio que era medio día.

— ¿ A que hora te abras ido ? — apagó el teléfono y regreso su vista al frente

Se sentía traicionado, molesto y triste, tal vez no fue la mejor persona con inupi pero no sabía cómo reaccionar, en verdad amaba al rubio, quería ser el dueño de su vida y tiempo, ser esa persona con la que pase sus mejores momentos, ser el causante de sus hermosas sonrisas y risas.

Solo quería tener una vida feliz alado de rubio, sabía que hizo todo mal y por eso quería comenzar desde ceros.

Sin darse cuenta kokonoi había regresado a casa, no buscaría al rubio, si lo hacía seguro y le hacía algo terrible y no quería lastimarlo, no quería ver cómo inupi lo mira con odio para vez por hacerle algo que no, no quería verlo llorar, eso era lo último que quería.
Bajo del auto y se adentro a casa donde solo se fue a recostar a su habitación y comenzar a lamentarse por todo, ahora tendría que comenzar desde ceros.

𝐌𝐞 𝐩𝐞𝐫𝐭𝐞𝐧𝐞𝐜𝐞𝐬    • ᴋᴏᴋᴏɴᴜɪ •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora