CUANDO AMANECE, YA ES OTRO DÍA.

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Gracias por esperar estos días por un nuevo capítulo, espero que les guste este capítulo, les llevará una sorpresa *-* si quieren comunicarse conmigo me mandan un mensaje y les dejaré mi facebook :) ok, sin más preámbulos... Disfruten

Era sólo la segunda vez en mi vida que me sentía enamorado y de la mujer con quien me había ilusionado estaba embarazada. No me considero un puritano y vivo la realidad del siglo veinte. No creo en la virginidad ni en los prejuicios del pasado, pero uno no espera que la mujer que ama esté embarazada de otro, aunque haya ocurrido antes de conocerla. Por otra parte, de la Yoko estaba enormemente enamorado y no podía dejarla abandonada en esas circunstancias, aunque de ningún modo estaba dispuesto a llevar adelante un compromiso basado en la compasión. Debía tomar una decisión y la más adecuada parecía ser continuar siendo sólo muy buenos amigos. Por lo demás, me parecía que sería lo que ella también deseaba. De algo estoy seguro y es que no la dejaría sola. Pero en lo demás aún no sabía lo que sería correcto. ¿Y si le propusiese continuar adelante? ¿Qué habría sucedido si desde el día que la conocí hubiese sabido que esperaba un hijo? No habría tenido que excusarse y quizás la huhiese aceptado así, dispuesto a superarlo. ¿Por qué no aceptarla ahora?, ¿dónde estaba la diferencia? Sólo sabía que tenía una enorme confusión. En los días siguientes estas últimas ideas fueron adquieriendo fuerza en la medida en que lo pensaba. Me imaginé asumiendo la paternidad de ese hijo y cada vez Io encontraba más natural y adecuado. No sería fácil, por supuesto, pero los problemas no serían sino míos y, después de todo, el orgullo es algo que puede subordinarse al amor.
Sí. Mi cariño por la Yoko la incluía con su estado y sus problemas. No estaba dispuesto a perder mi felicidad por algo que escapaba a la voluntad de ambos y menos antes de escucharla. Decidí que volveríamos a conversar y sólo entonces tomaría mi última decisión. En esos momentos recuperé mi tranquilidad y mi optimismo. Sólo quise que pasase luego esa noche. Esa noche tardó en terminar, pero cuando llegó el día, ya tenía mi decisión tomada.

Donde Vuelan Los Cóndores- Eduardo Bastías Guzman.Where stories live. Discover now