Me demore alrededor de 2 horas en responder ese mensaje.
Amaba a mis amigas pero no confiaba demasiado en su plan.
No voy a mentir, no era necesariamente una mujer que le gustaba la rumba pero vamos, era mi despedida de soltera, creo que debía hacer el esfuerzo.
Nada de strippers ni mucho menos alcoholizarme.
Había respondido.
Aunque supe que era en vano. Mis amigas querían divertirse y tenían la excusa perfecta.
Justo una persona como yo, tan fría, pensante, calculadora. Nada en mi vida sucedía sin que yo lo pensara más de 3 veces, a veces incluso muchas más, o al menos no haya evaluado todas las opciones y posibilidades en mi cabeza.
Finalmente alguien como yo, Daniela Calle, había encontrado el amor y aceptado casarse sin siquiera pensarlo 1 vez.
Y no me arrepentía.
Pero al parecer eso era motivo suficiente para que mis amigas quisieran celebrar a lo grande.
Tanto que las creo capaces de comenzar la rumba sin la novia, pero no podía fallarles.
¿Qué tan grave es? – Me preguntó mi amor cuando le había contado
Bar del hotel Hilton...
Al menos no es un antro jajaja
Preferiría arrunchis contigo :(
Solo un día, mi amor
Solo un día – Reafirme con ansias
Laura fue la primera en acercarse a recibirme con una copa de champagne y una sonrisa que delataba haberse ingerido mínimo un par de ellas.
Acepte la copa y el corto abrazo que me brindo.
No era amante del contacto físico y ellas lo sabían.
Todas mis amigas gritaron al acercarme y corearon mi nombre un par de veces.
Sonreí algo incomoda y me senté en la silla especialmente preparada para mí, liderando la mesa.
Me tome el tiempo de recorrer el bar con la mirada mientras tomaba mi primer sorbo.
Era un bar elegante, de esos donde probablemente podría concurrir luego de alguna de mis reuniones, de hecho podía notar personas con trajes caros.
Debía admitir que el lugar me hacía sentir cómoda por que podría asemejarse a otros que había visitado. Solo unos pocos ya que no era amante del ruido.
Me uno a su conversación y por un momento olvido que fui obligada a venir.
Voy por el segundo sorbo de mi bebida cuando siento una presión sobre mí.
- ¿Acaso creíste que no teníamos nada preparado para ti?
Pregunta Juliana mientras acomoda lo que parece ser un velo con luces en mi cabeza.
- Dije sin nada de juegos.
- Nadie va a jugar, es tu última noche de soltera y la primera del grupo que es capaz de casarse. No vamos a desaprovechar esta oportunidad – explica mientras quita mi saco.
Intento resistirme pero es en vano.
- Bebe – exige
- De ninguna manera
