CAPITULO 5

90 28 7
                                    

"Fleur, sang, coeur, abeille, papillon et amour"

Abby Dubois

—No sé qué decirte. —Su voz salió sincera, su expresión no era de asombro ni mucho menos de felicidad, era neutra.

—Sé que has estado pasando por cosas muy difíciles últimamente, el regreso de ella, sin embargo, debía decirlo. —Asegure con una sonrisa apenada.

—No lo sé, no sé realmente que es lo quieres que te diga.

—No digas nada por ahora, piénsalo y dame una respuesta cuando sientas que es necesario, puedo esperar, por ahora debo irme. —Demostré mi sonrisa más sincera que pude dar en ese momento, pero por dentro me dolía algo.

—Está bien.

No había expresión en él, a veces me pregunto cómo es que eso puede ser posible. A veces deseo ser así, tan fría por dentro.

Caminé lentamente, cada paso ardía, me carcomía, lo había sacado después de días, semanas, meses y años. Era algo que llevaba adentro y por fin se lo había gritado.

El problema es que sigo siendo yo, una simple chica la cual el nunca amara.

*****

—James, ¿Me estás escuchando? —Cuestione con duda.

—Lo estoy haciendo, pero estoy procesando todo lo que me has dicho. —. Aseguro con asombro, sus ojos se dilataron y su mirada se centró en la mesa.

—¿Hice mal? —Volví a cuestionar con duda.

—No Abby, lo hiciste bien y cualquier resultado está bien, desde ahora sigue siendo tu ¿Está bien? No cambies. —Dijo con mucha seriedad y me sorprendió hasta cierto punto.

—Entiendo, por ahora debemos ir a clase de inglés, odio Inglés James.

—Lo sé, deberíamos saltarnos la clase ¿Aceptas? —Mostro una sonrisa de oreja a oreja y eso me divertía.

—¿Qué si acepto? ¡Claro!

Debo contarte algo y es....

CORREEEEEEEEEE

James tuvo la grandiosa idea de tocar timbres por todas las casas a las que pasábamos, en una de las casas salieron rápido dándonos el susto de nuestra vida, de verdad que esto me emocionaba, pero a la vez me aterraba.

—Abby, ¡Por Dios! ¡Corre más rápido! —Exclamo James en un grito.

—¡Voy lo más rápido que puedo James! —grite molesta. —No es mi culpa que mis piernas sean tan pequeñas.

Y así James optó por cargarme en su espalda y correr.

Después de un rato corriendo, nos acostamos en un parque, nuestras respiraciones subían y bajaban, la emoción, la adrenalina nos recorría por todo el cuerpo, era tan ¡Tan emocionante!

—¡Fue un día de locos Abby! ¿Viste al señor que nos aventó tierra? Jajaja, al principio no me la creía. —Menciono con la respiración cortada.

—¿Nos lanzó tierra? ¿En serio?

—Si, pensé que nos alcanzarían-hablo en un suspiro.

—Necesito tener condición, debemos intentar hacer ejercicio. —Comenté mirándolo.

—Si no lo logramos diremos que no servimos para hacer ejercicio y nos iremos por unas hamburguesas por si nos decepcionamos de nosotros.

—Concuerdo con usted mi estimado. —Sonreí y aplaudí un poco.

"La Muerte De Las Mariposas"Where stories live. Discover now