CAPITULO 20

741 26 3
                                    

LEAH

Entré a casa por la puerta trasera y Nora me seguía por detrás. Me paré en seco al ver el rostro de jj, estaba destrozado, literalmente. Tenía un corte en la ceja que parecía bastante profundo. Empezaba a dudar de mi capacidad como doctora por mucha experiencia que tuviese.

—Quitaros todos del medio—los aparté hasta llegar a jj para observar mejor las heridas—necesito el botiquín, hielo, agua y toallas limpias—se quedaron mirándome unos segundos—¡vamos!.

Nora me ayudó a quitarme el vestido con rapidez y me puse una camiseta ancha, me daba igual que jj me hubiera visto desnuda por unos segundos , tampoco era la primera vez que me veía así . Enseguida los chicos vinieron con todo lo que había pedido y nos pusimos manos a la obra.

—Esto te va a doler—le advertí a jj, que estaba tirado —John b, dale la mano.

Nada más desinfectar la herida de la ceja empezó a jadear de dolor. Y cuando la aguja atravesó la carne viva, empezó a gritar de dolor sin parar. Intenté dormirle la zona con hielo pero no funcionó por más que quisiera.

—Venga que ya no queda nada jj—intenté animarlo un poco a pesar de que no serviría de nada—el último punto.

Cosí la ceja con rapidez para quitarle el peso de encima ya en vez de hacerlo con lentitud.

—¿Que cojones ha pasado para que jj acabara así?—cuestioné a los que nos observaban más relajados cuando cerré la herida.

—Cuando ya teníamos un trozo de oro en nuestras manos, unos tipos nos estaban esperando en la furgoneta con bates de béisbol—explicó John B preocupado—a nosotros no nos hicieron nada, solo lo atacaron a él. Y mira como ha acabado.

—Pero más de uno se llevó un buen puñetazo en la mandíbula—dijo jj, orgulloso por su acto.

—Espera espera—los corté cuando analicé sus palabras—¿Habéis dicho trozo de oro?.

—Si—afirmó John B y sacó un trozo reluciente de oro de su bolsillo como si de un chicle se tratara.

—¿¡De donde cojones ha salido este pedrusco!?—se lo quité de las manos y me puse a observarlo con detenimiento.

—En el pozo de la casa. Y este no era el único, apuesto que había cientos—abrí la boca incrédula. John b me lo quitó de las manos para observarlo debajo de la lámpara del salón.

—Esto es increíble—el brillo resplandeciente del oro me dejó cautivada.

He de admitir que al principio lo veía una gilipollez, ¿pero y si de verdad nos hacíamos ricos con todo ese oro que había ahí abajo? Podría salvar la economía de JJ y Pope. Porque los demás nos moriríamos enterrados en billetes de 100.

—Vamos a ser los próximos millonarios de revista—JJ empezó a posar, creyéndose un modelo de portada—bueno algunos ya lo son...ejem...ejem—nos dio un codazo poco disimulado a Sarah y a mi.

—No voy a negar algo que es verdad—le seguí el rollo intentando no reírme por las caras que ponía—aunque tu no podrás ser modelo por la cara de mierda que tienes ahora mismo—palmeé el hombro de JJ, dándole una especie de consuelo con la cara seria. Aunque segundos después nos decojonamos todos, hasta él.

Me dejó terminar de limpiarle la cara para quitarle toda la sangre que tenía en el rostro y desinfecté las heridas de sus nudillos a duras penas, porque según él había ofendido a su persona y no quería que lo hiciese yo.

—¿Y ahora que vamos a hacer?—cuestionó Sarah cuando terminé con mi trabajo.

—Averiguar quien ha sido el capullo que está detrás de todo esto—contestó Kiara con cierta rudeza, parecía cabreada. Lo noté en cuanto vi como observaba mis manos, que peinaban con delicadeza el pelo de jj para que no rozase su ceja magullada—tengo un contacto que sabe todo lo que pasa en la isla, pero es algo peligroso.

ENEMIES (outer banks)Where stories live. Discover now