𝐌𝐞 𝐩𝐞𝐫𝐭𝐞𝐧𝐞𝐜𝐞𝐬 • ᴋᴏᴋᴏɴᴜɪ •

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𓏲 Un encuentro de lo más peculiar, desde hace días que la cabeza de inupi daba vueltas por aquel momento, el mentía si decía que no extrañaba a Kokonoi quien aún mandaba cartas al rubio, obvio, sin que esté lo viera metiendo los sobres debajo de su puerta.
Cada día inupi se sentía atraído por la sensación de llamar o buscar al pelinegro, quería verlo en persona, sentirlo y escucharlo no solo leer sus cartas donde algunas veces se repetía casi lo mismo aún qué, bastaba una sola carta al día para que Seishu se sintiera amado por el mayor.

— ¿ Será bueno esperarlo ? — pensó dudoso mientras miraba por al ventana y tomaba café — Tal vez se canse de subir las escaleras por qué el elevador dejo de funcionar hace una semana ... —

A pesar de las notas que KoKo decía estar bien una pequeña sensación de que algo andaba mal se posaba en la cabeza y pecho de inupi, pero se le pasaba en unos minutos ya que la sensación era pasajera y muy leve.

El rubio ya estaba decidido, esperaría a Hajime y lo invitaría a entrar a su casa a hablar o comer, solo tenía que esperar a que llegue la carta para abrir rápido la puerta y decirle.
Espero algunas horas en lo que limpiaba su casa ya que no había ido a trabajar al taller con Shinichiro y Draken, tendió su cama limpio sus muebles, sacudió sus sillones, limpio la mesa y después barrio y trapeo todo dejando un dulce olor a café y vainilla por la casa a excepción de su habitación que olía a lavanda, se metió rápido a bañar y después se fue a sentar a la sala a esperar que llegará la nota. 

Dieron las 5 de la tarde, inupi comenzaba a desilusionarse pensando que hoy koko no le dará una carta hasta que escucho a alguien en la puerta, se levantó rápido del sillón y fue a la puerta, miro al suelo donde salía una pequeña sombra que se hizo grande por un momento y la carta entro por debajo de la puerta.

— ¡ KoKo ! — llamo inupi rápido abriendo la puerta cuando vio que la sombra desapareció

— ¿¡ mh !? —

— ¿ KoKo ? — dijo extrañado mirando la figura desconocida

—¿ Me hablas a mi ? — dijo un chico riendo nervioso cuando giro a ver a inupi

— ¿ Quien eres ? — interrogó

— ¿ Soy el que entrega las cartas no es obvio ? — lo miro raro

— ¿ Quien te mando ? — lo miro fijamente a los ojos

— ¿ Si te digo me vas a golpear ? — se encogió de hombros dando a entender sus nervios

— No —

— Un chico llamado Kokonoi Hajime me a estado pagando para entregarte cartas desde hace un mes — jugueteo con sus dedos

— ¿ Hace un mes ... ? — dijo extrañado

— Si, hace un mes — retrocedió poco a poco para alejarse de inupi

—¿  Vas hasta su casa por las cartas o quedan en un lugar ? — lo miro otra vez

— Quedamos en el café que está cerca de la plaza — rasco su nuca

— Está bien ... — se dio la vuelta y se adentro a su departamento otra vez

La cabeza de inupi se invadía de preguntas y sobre todo por qué KoKo ya no venía a entregar las cartas, algo estaba mal o algo malo estaba por pasar no lo sabía bien pero sea lo que sea sería malo y lo sabía muy bien.

— La carta — dijo Inupi levantándose de su cama — Aquí sigue —  la tomo rápido del suelo y se fue a su habitación para poder leerla

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   © B O T E N. 

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03/11/¿?

Kokonoi Hajime
Para : Inui Seishu

Cómo has estado mi querido Seishu, espero que bien, sabes aquella última vez que nos vimos fue algo especial y es algo que no puedo sacar de mi mente eres extrañamente adictivo y me encanta, haces que me quiera volver loco.
Cada día pienso en ti y es algo exagerado decirlo pero es la verdad, pero es así, tus ojos esmeralda, tu piel blanca y suave como la porcelana con ese dulce olor a vainilla, cada parte de tu cuerpo recorrí, cada parte de ti me se a la perfección.

Pero ese no es el tema está vez, perdón por salir del tema pero tenia que decirlo.

Quiero hablarte de que cambie de casa, vivo en un lugar mejor, cambie mi estilo por completo y eso me da mala espina.

Creo que está es mi última carta, inupi, alejate de mi, ya no me busques más, cambia de departamento y has que nunca te vuelva a encontrar, tengo miedo de lo que pueda llegar a hacerte, hay cosas en mi que dan mala espina sobre mi, comenzó a tener algunos impulsos por querer ir a buscarte y no de una forma agradable, se que has comenzado a ser más cercano a draken y Shinichiro nuevamente, se que estás conociendo a un chico y eso me rabia ...

Por favor, por favor solo escondete de mi inupi.

Tengo miedo de lo que puedo llegar a hacerte pero cuando me intento controlar solo recuerdo que estás conociendo a alguien más y eso me enfurece, solo te quiero para mí por qué eres mío, me perteneces solamente a mi inupi.

Incluso si pienso en otras cosas tu invades mi mente, eres mi motivo de seguir vivo, ahora que no te tengo me siento incompleto, quiero estar contigo, abrazarte, ser dueño de tu alma y vida ...

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   © B O T E N. 

Inupi no sabía si sentirse nervioso o no, sabía que KoKo era alguien raro en el sentido de controlar sus emociones pero si de algo están seguros era que si el marcaba algo de su propiedad sería solo de su propiedad, tenía miedo aveces de ello por qué sabía aquellas ocasiones en las que se entregó a el, cuando le recordaba su mente las veces donde estuvo con el y este le decía que solo era de el, que era de su propiedad.

Sin darse cuenta inupi también se engañaba así mismo diciendo que le pertenecía a KoKo sabiendo que no era cierto, apesar de que estuviera conociendo a un chico temía y siempre pensaba en que opinara koko, que dirá KoKo que esté con esa persona, buscaba de una u otra forma saber y tener la aprobación de el.

— ¿ Cuando me volví tan sumiso a ti ..? Koko, yo no era así, ¿ por qué busco de ti ahora ? —  metió de nuevo la nota al sobre y la fue a guardar en la caja donde guardaba las demás cartas.

¿ A dónde iría ahora ?
Inupi dudaba si hacerle caso a o no, tal vez si debía obedecer a KoKo y cambiarse de departamento pero el problema era a dónde irse, no tenía algún otro lugar a donde ir y que Kokonoi lo encuentre y aún que se esconda sabía que él lo encontraría.

— Teme más a lastimarme que lastimarse ... — se recostó en la cama y miro al techo — Esto es enserio, no está jugando y en caso de lo que hiciera salió bien su broma — 

“ Oh ... Hermanita dame una señal de que hacer ”

Pensó el rubio antes de quedarse dormido, tanto pensar en la nota tenía más preguntas que respuestas y eso lo asustaba, nunca dio tantas vueltas a un asunto como ahora, si KoKo regresaba a el sabía que podía suceder algo peor como lo de aquella vez o tal vez solo lo secuestré y no lastime, de todas formas, no quería ni una de las dos, ya tuvo suficiente.