Bebé, el cielo está en tus ojos.

Capitulo 23

Era el día de la graduación cuando Yuuri recibió sus resultados del examen a través del correo electrónico. Estaba sentado en la mesa con su desayuno, apenas comiendo porque su corazón estaba amenazando con romper su caja torácica gracias al discurso que tenía que dar en unas pocas horas y por su plan para salir del clóset.

Sus padres le habían dado su teléfono de nuevo después de la fiesta de graduación y prometió centrarse en los exámenes. Prometió, pero tan pronto como estuvo solo en su habitación, comenzó a mandarle mensajes a Viktor, olvidando por completo estudiar durante unas horas.

Fue agradable, porque Viktor le hacía olvidarse de cosas estresantes cuando lo necesitaba. El de ojos azules era su escape y a Yuuri le encantaba. Yuuri lo amaba. Y Viktor lo amaba de vuelta.

Una de las sirvientas llamó a su puerta para hacerle saber que había llegado un sobre para él, así que después que Yuuri cerró la puerta, abrió Face Time y llamó a Viktor porque quería ver sus puntuaciones juntas.

Si Viktor obtuviera 85 o superior, tenía la oportunidad de entrar en la Universidad de Londres, que era su plan desde el principio. Yuuri ingresaría en Oxford o Colegio del Rey.

Sus padres querían Oxford, pero Yuuri querían Colegio del Rey, ya que estaba más cerca de Viktor y eran básicamente la misma cosa. Había recibido las cartas de aceptación hace una semana, y él aún tenía que enviar la confirmación a ellos.

—Hey —dijo Viktor y Yuuri entrecerró los ojos en la pantalla.

—¿Eso es un traje en la puerta del armario?

Viktor asintió con la cabeza, riendo.

—Me estoy preparando para la graduación de mi novio.

—Oh, Dios.

—¿Estás nervioso?

—Un poco, mucho, en realidad —Yuuri admitió y se sentó en su escritorio.

—¿Estás nervioso?

Ambas graduaciones eran hoy, pero la de Viktor era dos horas después de Yuuri.

—¿Tienes los resultados?

—Sí, vamos a abrirlos juntos, ¿no?

—Mmm.

—Está bien, entonces ¡Ahora!

Ambos abrieron sus sobres con sus dientes, porque la otra mano sostenía los teléfonos y ni siquiera les importaba que parecían completos idiotas.

—Tú primero —dijo Viktor y sus ojos se posaron en su hoja.

—Tengo noventa y ocho.

—¡Oh, Dios mío, eso es genial, bebé! —dijo Viktor con entusiasmo y Yuuri sonrió, antes de morderse el labio y pedirle a él mayor que le mostrara sus resultados.

Viktor volteó su papel y lo acercó a la cámara para que así Yuuri lo pudiera ver por sí mismo.

—¿Es eso un sesenta y cuatro o un ochenta y cuatro?

—¡Ochenta y cuatro! —exclamó Viktor feliz y Yuuri sonrió cariñosamente. Mariposas estallaron en su estómago.

—¡Vas a entrar! Ugh, pero tenemos que esperar hasta mañana, tengo que enviarles hoy la confirmación.

Viktor se mordió el labio, obviamente sabiendo que Yuuri estaba en una situación de riesgo, por un lado, si el menor le respondiera a Oxford, entonces él definitivamente no estaría con Viktor en el futuro, ya que sería una hora de diferencia.

Por otro lado, si contestara al Colegio del Rey, podría haber una posibilidad de que Viktor no ingresara a la Universidad de Londres. Eso significaba que tendría que ir a la Uni en Tokio, lo que también significaba que Yuuri se perdería la oportunidad de ir a Oxford a causa de él.