EPÍLOGO

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Tres meses después...



Corríamos tras pasar el control de seguridad. Si es que parecía que siempre estábamos corriendo como si nuestra vida dependiese de ello. E ir cargadas con maletas no ayudaba en absoluto en lo que respectaba llegar a la puerta de embarque.

—¡Kaia, espabila! —grité sin tan siquiera mirar atrás.

—¡Ya corro tanto como puedo! —la escuché detrás de mí.

Torpemente, avanzamos por todo el aeropuerto siendo el centro de atención mientras peleábamos con nuestras propias maletas que perdían el norte y se cruzaban ante nuestro propio paso.

¿En algún momento mi vida dejaría de basarse en correr?

—¡Te dije que nos despertásemos con la primera alarma! —le reprendí—, ¡Si perdemos este vuelo, te mato!

—¡No parecías disgustada cuando fuiste la primera en volver a quedarte dormida!

La cabrona tenía razón.

Así que opté por el plan B.

Saqué el teléfono y le llamé mientras corría por nuestro vuelo. Rápidamente descolgó.

—Lua, ¿Dónde coj...

—¡Distráelos! ¡Distrae al que sea que esté embarcando a la gente!

Colgué.

Mi hermana y yo, tras armar otro espectáculo digno de recordar, logramos llegar a divisar la puerta de embarque. Y a ellos.

Nuestras miradas se encontraron y una sonrisa en mi rostro creció, acelerando mi carrera. Tan pronto llegué a él, solté toda bolsa y maleta que llevaba conmigo, dejando escapar un pesado suspiro.

Nos unimos en un afanado beso, jadeante; su mano acunando mi rostro. Se apartó ligeramente de mí, sonriendo de lado.

—Esto me trae buenos recuerdos —se burló, haciendo una vez más referencia a mi alocada historia en el aeropuerto.

—Lo siento, nos quedamos dormidas.

—Ya sabía que pasaría.

Fruncí el ceño y él rio.

—¿Qué insinúas?

—Que siempre pasan cosas contigo —volvió a burlarse, riendo.

—Me gusta vivir al límite —defendí, rodando los ojos divertida.

Ambos desviamos la mirada, echando un vistazo a Jackson y Kaia, que seguían besándose.

—Bueno, bueno, ya vale —dijo Alarick en alto—. Creo que hay un vuelo que coger.

Kaia y Jackson rieron, separándose.

—Todavía no me acostumbro a que os morreéis —comenté.

—Qué idiota eres, Lua —dijo Kaia.

—Eso, Lua —añadió Jackson, una vez más burlándose de mi segundo nombre.

Tomé de nuevo mi maleta y todos nos dirigíamos hacia la azafata para revisar nuestra documentación y embarcar.

—Me niego a que durante este viaje me llaméis por mi segundo nombre —dije mientras le tendía mi identificación a ella—. Lua no existe durante la próxima semana.

Todos pasamos e íbamos por el pasillo hacia el avión.

—Pero yo si puedo —opinó Alarick, inclinándose hacia mí.

UN TRATO Y POCO AMOR ✔ [ ¡¡EN PAPEL!!]Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ