💫 Capitulo IV 💫

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— Ay no. — Dije para mi misma. —

— ¿Qué? ¡Están guapísimos! — Lizzy seguía observándolos detenidamente mientras mordía su labio inferior. —

— No los mires fijamente. — Le dije algo temerosa, ellos seguían caminando y las personas que pasaban junto a ellos prácticamente pasaban corriendo y sin hacer contacto visual. —

— ¿Por qué? Están guapísimos, tal vez logre ligar a uno. — Dijo enrollando un mechón de cabello en su dedo índice. —

— No entiendes. — Le grité en un susurro. — Ellos son los que intentaron asaltarme. — Dije con el mismo tono causando que ella volteara a mirarme con los ojos abiertos. —

— Vámonos, T/n. — Me tomó de la muñeca y comenzó a caminar rápidamente hacia otro lugar. —

Volteé a mirar hacia donde ellos estaban. Tenían acorralada a una anciana, ella los miraba con temor mientras ellos al parecer la amenazaban.

Me solté bruscamente de Lizzy para comenzar a caminar hacia ellos, no podía permitir que hicieran eso.

— ¡T/n no! — Gritó mi amiga a mis espaldas pero la ignoré apresurando el paso para llegar hasta aquellos chicos. —

— ¿¡Qué les sucede, idiotas!? — Grité llegando a ellos empujando al chico castaño con rayitos para abrirme paso entre ellos, la anciana aprovechó que todos me prestaban atención para salir de donde la tenían acorralada y huir. —

— No te metas en nuestros asuntos, nena. — Dijo el alto. —

— ¿Qué ganan asaltando a las personas?

— Dinero. — Habló el castaño alto. —

Demonios, debo aprenderme sus nombres.

— Nena, será mejor que te vayas si no quieres salir lastimada. — El nombre de él si lo recuerdo, es el líder, Tom. —

— ¿Serían capaces de golpear a una mujer? — Él me veía furioso, comenzaba a acercarse amenazadoramente a mí pero el chico castaño de hermosos ojos verdes puso su mano en el pecho de él deteniéndolo. —

— Yo me encargo. — Habló sin despegar la vista de mi, Tom le dio una palmada en la espalda y el chico de lindos ojos tomó mi muñeca bruscamente. —

— ¿¡Qué te sucede!? — Grité una vez que comenzaba a alejarme de ellos. —

— ¡No te metas en nuestros asuntos, niña! — Gritó furioso una vez que me alejó de sus otros amigos. —

— ¿¡Niña!? — Reclame y solté una risa burlona. — Apuesto a que tenemos la misma edad, niño.

— Tengo 20. — Dijo con voz ronca y una mirada seria que extrañamente hacía resaltar más sus ojos. —

T/n, éste chico no te conviene. Recuérdalo.

— Oh. — Dije desviando mi mirada ya que era un año mayor que yo. —

𝐴𝑚𝑜𝑟 𝑃𝑟𝑜ℎ𝑖𝑏𝑖𝑑𝑜 - 𝐴.𝐺. {𝑨𝒅𝒂𝒑𝒕𝒂𝒄𝒊𝒐́𝒏}Where stories live. Discover now