Parte 1

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Luna


Consuelo en la oscuridad, dulce anhelo en el día.

Ver hacia la ventana, y sentir el anhelo de tener esa hermosa luz en mi rostro nuevamente, esa luz que me hipnotiza, que me llena de paz y esparce una sensación dulce y melancólica en mi alma.

Esa hermosa luz natural que viene acompañada de la noche. Ese espectro tan único que me  interna en el bosque de los recuerdos, para recojer ideas desperdigadas en los arbustos de la incertidumbre. Me pierdo entre árboles con espesas anchuras, árboles cargados de deseos, esperanzas. Pero sobre todo. Almas que abandonaron la mía en el camino hacia algo mejor.

Camino sin rumbo entre éstos, entre la penumbra y la espesa neblina del sueño; cuando tropiezo con una rama, haciéndome caer al reencuentro de mi preciada luna. Apreciando el brillo puro, con perfectas imperfecciones, y el poder de hacerme levantar del charco de lágrimas bajo mi ser; ese ser desmotivado: que se dejó caer boca abajo sobre su propio río de dolor.

Mi mano temblorosa, toma la suya, y se deja enredar en la paz que irradia. Una paz, que me lleva a abrazar su recuerdo, para dejarme vencer contra el sueño.

El fruto de la reflexiónWhere stories live. Discover now