última parte.

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Ya dentro del taxi Lisa le dio las indicaciones del apartamento que tenía alquilado para hacer su trabajo, obviamente no lo haría bajo el mismo techo donde estaba su padre, y sintió a Rosé tomarla de la cintura para atraerla a ella. En todo el camino estuvieron toqueteandose discretamente debido a la presencia del conductor. Querían llegar rápido, sentían que explotarían por toda la lujuria que las invadían.

Al estar frente al edificio Rosé pagó el taxi bajo las protestas de Lisa diciéndole que ella lo haría. Pero no la dejó seguir discutiendo porque la había agarrado del cuello y la besó fugazmente. La pelinegra sólo optó por tomarla de la mano y llevarla hacía el ascensor para ir hasta el piso de su departamento.

Dentro del elevador Lisa agarró a Rosé de las solapas de su chaqueta y la atrajo hacía su boca. El beso era húmedo, cargado de todo el deseo que venía acumulado, no sólo de esta noche, si no desde el tiempo en que no estuvieron viéndose.

La pelinegra sintió a Rosé tomarla de la cintura y pegarla a la pared, Lisa aprovecho para bajar sus manos al abdomen de la rubia y meter las manos debajo de la camisa tocandolo. Sintió ambas manos en su trasero apretándolo y hubiesen seguido besándose de no ser por el sonido que indicaba que habían llegado al piso de Lisa.

Agarrándola de la mano, Lisa salió con Rosé detrás de ella. La mujer más alta aprovechaba para mirarle el cuerpo mientras caminaba. Desde las curvas de su cintura, a sus esbeltas piernas y el trasero, el cuál palmeó sin poder evitarlo, la pelinegra dando un saltito por el repentino golpe.

Llegó a la puerta y la abrió rápidamente. Ambas entraron y se volteó hacia Rosé dándole un beso.

-¿vives acá?- preguntó curiosa la más alta mientras veía el apartamento. Era pequeño en realidad pero tenía un estilo moderno que le gustó bastante.

-no, este lo alquilé solo para mi trabajo- respondió sacándose los tacones y dejándolos cerca al sofá- no me pareció corrector hacerlo en la casa en la que vivo con mi padre.

Rosé asintió comprendiendo- está lindo de todas formas.

-sí y no es caro- respondió mientras la agarraba de la mano- pero ven mejor y te muestro mi estudio- dijo con gracia.

Rosé se dejó arrastrar hacía la puerta caoba de la habitación y se asombró al ver lo espaciosa que era. Compuesta por una cama matrimonial con dos mesas auxiliares, una televisión plasma recurva de 48 pulgadas en una esquina, un clóset en la pared y un escritorio lo suficientemente grande para tener dos monitores de 24 pulgadas, una cámara profesional sobre un pequeño trípode y la torre de la computadora que supuso Rosé era por la que manejaba todo lo que era su trabajo, delante de todo eso una de esas famosas sillas gamer color negra con decorados blancos.

Lisa volteó a ver a Rosé para toparse con la cara de sorpresa de la chica. Sabía que tenía más de lo que una webcamer necesitaría, pero su carrera requería de una buena maquina así que escogió una donde pudiese hacer ambas cosas.

-no sé mucho de computadoras pero siento que esa es muy buena- señaló.

-así es- la tomó de la mano y la sentó sobre la silla- aproveché y conseguí una donde pudiese hacer mis trabajos y proyectos de la u.

-cierto que estudias ingeniería de software- la tomó de la cintura para sentarla en su regazo- inteligente y sexy al mismo tiempo, me gané la lotería contigo.

Lisa rio y la besó. Se paró de su regazo para mala suerte de Rosé y empezó a arreglar todo para empezar a transmitir.

-vale, lo haremos así- empezó a explicar mientras se sacaba el vestido. Rosé prestándole atención- yo empezaré mi show como siempre. Ellos escriben, yo los leo, platicamos un ratito, respondo preguntas y demás- la rubia asintió- cuando acabe de hacer eso, tú te acercas a mí y te dejas llevar, vale.

rosé, necesito tu ayuda [chaelisa] Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon