Capítulo 24. Festival de la cosecha

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-¿Odín?- estaba sobre mí en mi sofá

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-¿Odín?- estaba sobre mí en mi sofá... en Tennessee, no en Suiza, en Tennessee

-¿Quien más estrellita?- se despegó de mí y sus ojos conectaron con los míos, no pude evitar sonreír, él siempre hacía eso

-¿Cómo?- pregunté y lo atraje a mí de nuevo, no sabía que lo necesitaba, hablábamos casi todos los días desde lo de Titán, se volvió a separar y sonrió haciendo una mueca

-¿Ese el que oí es mi amigo?- La voz de Stephen bajando las escaleras y Odín se levantó de mí y corrió hacia Stephen

-Hermano- extendió los brazos y se unieron en un musculoso y alto abrazo- gracias por invitarme- palmeo su espalda y voltee a ver a Jaden, el cual me miro igual de confundido

-De nada viejo, subiré tus maletas a mi habitación- se movió a las maletas tiradas en el piso

-tú no te puedes acercar a esto, pareces niña chiquita jugando a la peluquería- me mostró las tijeras

-qué bueno que llegas viejo- se acercó Jaden a él y ambos se sonrieron

-Y perderme sus fiesta campirana, la fiesta sería un desastre sin mi- se sacudió el saco que traía puesto, mi mamá tocio falsamente haciéndome verla

-oh sí- me pare y tome el brazo de Odín poniéndolo frente a mi mamá y él se sonrojo inmediatamente- ella es mi mamá, Natasha Black, diseñadora y administradora de la empresa Black- presente a mi mamá y ella me miró mal

-Señora, un gusto, yo soy Odín, conocí a sus hijos en Suecia- Tomó la mano de mi mamá y beso sus nudillos haciendo sonrojar a mi mamá

-Que lindo muchacho, ¿tú eres el que salvó a mi pequeña en aquel autobús?- preguntó llevándolo a la cocina con ella y me volteo a ver asustado y tímido, le siguió la plática, estuve a punto de irme al cuarto de Stephen cuando una mano me detuvo fuertemente y me voltee molesta hasta que vi a Flint... oh no

-Nos vamos- decreto jalándome y yo me detuve en seco evitando que siguiera

-¿A dónde?- me reí, tenía las orejas rojas su imagen daba ternura y risa

-A donde sea, pero no vas a estar aquí- me volvió a estirar y sentí un poco de ardor en mi hombro

-oye, detente ¿Qué te pasa? me estas lastimando- jale hacia atrás y el dolor se extendió un poco, luego un vaso rebotando en el piso lo hizo soltarme.

-¡Hey!- llegó Odín y tomó mi brazo e hizo un movimiento técnico para ajustarlo- ¿estás loco? ¿Quién te dijo que así se trata a una mujer?- murmuró molesto

-déjalo, no se dio cuenta- quite su mano de mi brazo

-quítale las manos de encima tu... cual sea que sea tu apellido europeo- me volvió a jalar hacia él, Odín lo miró con esa superioridad que me erizo la piel notoriamente

IndomableWhere stories live. Discover now