Capítulo XV Fuerzas

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"Perder una batalla nos trae momentos de tristeza. Pero cuando estos pasan, descubrimos la fuerza desconocida que existe en cada uno de nosotros, la fuerza que nos sorprende y aumenta el respeto que nos tenemos" 

Cohelo

Pero hoy las estrellas no alumbran para nuestra chica, pareciera que todas se han puesto de acuerdo para apagarse, hoy la Luna se niega a brillar, hoy la palabra esperanza ha sido borrada del diccionario, hoy hace una semana de la funesta llamada del Señor Rinaldi, un hombre que presume de principios que no tiene, ante la negativa de Emily su  respuesta no se hizo esperar y fue violenta, dura, cruel, fue todo lo que se podría esperar de la familia Rinaldi y más.

La prensa rosa estaba aprovechando la situación. ¡Era vergonzoso! Desde los programas italianos más famosos de cotilleos hasta la cadena RTVE en España hablaban de Emily, los titulares remarcaban la palabra «Escandalo» y los guiones iban de la triste historia de la niña cubana muerta de hambre a la chica trepadora y aprovechada que se empeñaba en acabar con el buen nombre de una familia digna. De este lado ya se sentían los ecos entre la comunidad hispana en Estados Unidos y, aunque la mayoría de los cubanos-americanos defendían a Emily, la realidad era que había perdido mucha credibilidad.

Su carrera se estaba yendo a pique pero más importante aún su nombre, su vida, cada acción, cada recuerdo, su familia, todo estaba siendo examinado, enjuiciado, cuestionado. Muchos ya retiraban su apoyo a la fundación y aprovechaban para cancelar contratos.

—¿Qué hago? ¿Qué puedo hacer? —se cuestionaba Emily agitando  el último número de la revista OK! Magazine  recibido en su departamento temprano en la mañana junto a una nota que rezaba: "No me rete, a partir de ahora sólo va a empeorar." —Tengo que hacer algo, tengo que...

—¡Dame acá! ¿Qué dice esa porquería para que te pongas así? —escupió Agnes de pronto mirándola de frente con la revista ya en sus manos— Fernández te dijo que no iba a ser fácil. 

—¡No puedo más! Esa periodista... Me compara con una jinetera, "...el caso típico de la jovencita que ha escalado a costa de sus atributos sexuales. Otra más de las cientos que emigraron de Cuba de la mano de un turista extranjero" ¿Y mi trabajo, y todo el sacrificio, y...? —repetía llorosa caminando de un lado a otro de la habitación

—¡Ya basta! ¡Deja de moverte así! —gritó Yolanda a su hija haciendo que todos en la sala se sobresaltaran— ¿Tienes miedo? Ay mi amor, yo te entiendo, aún así eres una mujer muy valiente y sé que vas a salir de  esta pesadilla cariño, eso, te lo prometo. Siempre serás mi niña linda pero hoy necesito que te crezcas, que seas valiente, todavía queda mucho por hacer y es que, siempre y esto no se te olvide mamita, siempre hay una solución.

—¿Y si te vas? Al norte, quiero decir. —intervino Antonio.

—Pero viejo, ¿te volviste loco?¿Cómo le vas a decir a la niña que se vaya? —repuso Yolanda molesta por la sugerencia del marido.

—Me dejas hablar Yolanda por favor, ¿no te das cuenta que es un abuso lo que tienen con ella? Emily, hija, allá tu tienes contactos, conoces gente, tienes que defenderte. No puedes seguirte escondiendo, tú no has hecho nada malo.

—Papi, ¿y ustedes? Les puse una carga tan grande...

—¿Qué pasa pequeña? Nosotros podemos con eso y con mucho más. Hemos pasado por mucho, la familia entera ha tenido días duros, ¡si lo sabré yo! Pero, ¡que bueno es acostarse con la tranquilidad de que hiciste todo lo que podías!¡No es momento para rendirte Emilia, no lo es!

Los tres terminaron abrazados y Yolanda, esbozando una sonrisa que ocultaba el miedo de enviar a su hija lejos otra vez, se dispuso a preparar un cocimientico de tilo, la cura milagrosa de los cubanos para los males del alma.

 Ya la noche había caído hacía varias horas pero en esa casa nadie se disponía a dormir. Eduardo observaba en silencio la escena sin dejar de pensar en cómo ayudar a su amor, era demasiado para ella sola, demasiado. Sentía que se quemaba de rabia por dentro tan solo de mirarla, "ese tipo la amenazó y ella está asustada". Era un fuego intenso, esa gente le estaba haciendo mucho daño y él...  Las manos le temblaban por la impotencia y el dolor de no poder hacer nada. Quiso correr a abrazarla, decirle que la cuidaría. Quiso besarla como nunca antes, con esos besos que calman el corazón, con esos besos únicos que garantizan otros porque regalan amor. Quiso tantas cosas pero no era el momento y lo entendía, hoy ella necesitaba a sus padres, a su familia, ellos hoy eran los héroes.

Salió al portal y una brisa fresca le ayudó a calmarse, de pronto, los brazos menudos de su pequeño ángel lo rodearon con cariño.

—Fue intenso allá adentro, ¿verdad? —preguntó ella— Y ahora todo esto del viaje, creo que papi tiene razón pero tú, nosotros ... ¿qué piensas?  

—Pienso que esos ojos no fueron hechos para llorar sino es de felicidad, pienso que eres más grande que todo esto, que debes hacer lo necesario para estar en paz, pienso que te amo y que es  increíble que haya un nosotros —la voz se le entrecortaba. ­¡Era su primer te amo!— Ya está, lo dije ¡te amo!

—No grites que  te van a escuchar —le susurró Emily evitando mirarle a los ojos,  desconcertada.

Él se dio cuenta, era un romántico algo loco pero no tenía un pelo de bobo, sabía que al menos por ahora, estaba amando sólo, así que sin pensarlo dos veces le dijo:

—Tranquila princesa, yo puedo amar por los dos. Ve a preparar tu viaje, yo estaré esperando. —se alejó  sin dejar de mirarla  evitar con total admiración.

 Los ojos de Emily estaban hinchados y enrojecidos de tanto llorar, su cabello desorganizado y su vestido hecho harapos. Todo el conjunto recordaba a Cenicienta en plena faena, pero era una mujer hermosa, de esas que brillan con luz propia, de esas que no necesitan outfits especiales. "Hoy es toda mía, por estas cosas maravillosas de la vida hoy está conmigo, entre mis brazos", se repetía una y otra vez y al hacerlo sonreía como sólo puede sonreír quien está verdaderamente enamorado.

Acababa de exponer su corazón, el riesgo era grande y los obstáculos serían a ratos insalvables pero él se lanzó en ese mar embravecido, sabiendo que no podía perder porque quien ama así, quien lo da todo por amor, vive de verdad, contando cada latido, aprovechando cada minuto para hacer feliz al otro. Al final, eso es amor ¿o no?


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¡Ay Eduardo! ¿Será que basta? Ojalá no te equivoques. Y ustedes amigos, ¿qué creen?

Para mis lectores de otros países:

Las jineteras (chicas que se dedican a la prostitución) surgieron en Cuba a raíz del recrudecimiento de la situación económica a finales de los noventa , muchas de esas jovenes dejaron sus estudios y  comenzaron esa vida con el afán de encontrar aun hombre que las sacara del país.

Cuéntenme que les ha parecido este capítulo, me alegra saber que esta historia llega a tantos corazones.




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