Day 4. Genderbend.

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En el hotel, cada miembro del staff tenia su habitación privada, donde podían dormir plácidamente sin ninguna preocupación, cada una era personalizada según los gustos de su habitante, era un reflejo de su personalidad. Angel tenia una alfombra rosada de pelo largo y tapiz blanco con muchas fotografías y posters de él mismo, Vaggie tenia una gran cama de color morado, muchísimos cojines y lámparas en cada esquina ya que a esta le daba miedo la oscuridad.

Niffty tenia una habitación impecable de pies a cabeza donde ni el polvo conocía los estantes y Husk... Bueno, Husk dormía todos los días en el bar del hotel poco le importaba conocer o personalizar su habitación, si había alcohol donde él estaba era suficiente.

Charlie tenia una habitación muy bella, llena de colores vivos, muñecos de peluche y cosas lindas, parecía que una pequeña niña dormía ahí, era lo que la hacia feliz después de todo. Por otro lado, la habitación de Alastor se encontraba en la torre mas alta del Hotel, en ella grandes estantes con muchísimos libros de todas las categorías adornaban las paredes, un tocadiscos antiguo y cortinas rojas le daban esa calidez y elegancia al ambiente. El suelo pulido y los muebles daba ese olor varonil a madera y tabaco que daban la sensación de que él se encontraba ahí.
Una habitación pulcra y ordenada, sin embargo, existían elementos que no debían de salir de ahí o ser tocados ya que eran peligrosos en manos inexpertas o equivocadas.

Una noche de sábado, Alastor se encontraba en su habitación leyendo unas cuantas páginas de un libro viejo, mientras bebía café negro como su alma, la música jazz del fondo y el olor a papel viejo hacían que el ambiente fuera relajante y ameno, hasta que escuchó un llamado a su puerta, lo cual le extraño un poco y se levantó a atender dejando aquel extraño libro sobre su escritorio.

—¿Si?— Preguntó con voz melodiosa.

—Hola Al, ¿puedo pasar?—

—Charlotte querida, no es propio de una dama entrar en la habitación de un hombre, podrían verte—

—Nadie me sigue, hice aquel truco que me enseñaste para saber si estaba sola en algún lugar—

—Veo que te ha funcionado bien, bueno, pasa querida, ponte cómoda—

Cuando Charlie se encontraba en la habitación y Alastor cerró la puerta esta solo aprovecho su distracción y le robó un beso, el demonio ciervo solo se quedo congelado por que no esperaba la acción de Charlie haciendo una mueca como si algo se hubiera roto dentro de su cuerpo.

—¿Todo esta bien?— Preguntó preocupada.

—Si... querida, disculpa. Solo estoy un poco nervioso—

—Oh, ¿Qué ocurre?—

—(Ocurre que estamos solos en mi habitación, eso es lo que ocurre Charlotte)— pensó el demonio escarlata. —No es nada, cariño— se aclaró la garganta y la invitó a sentarse. —Cuéntame, ¿Cómo estuvo tu día?—

—Estuvo bien, creo, tuve demasiado trabajo y fui a ver a mis padres por la tarde, me dijeron que me veían diferente, como feliz...—

—Me pregunto por que será— comentó irónicamente.

—Por que estoy contigo—

—Soy bueno adivinando entonces—

—Eres bueno para muchas cosas—

—¿De verdad, te molestarías en mencionarlas para mi?— preguntó el demonio ciervo, debía admitir que su lado narcisista estaba ganando.

—Claro que si, eres atento, inteligente, hábil— dijo mientras se acercaba lentamente hacia él

—¿Si, que mas?— 

—Precavido, talentoso, respetuoso—

—¿Todo eso, hay mas?—

Nuestro secreto (#Charlastorweek2022)Where stories live. Discover now