Antiguó título "La otra vida de un criminal"
Muchas veces el camino fácil y divertido es el más abrumador y complicado, el ser humano se deja cegar por el placer y prefiere ignorar las advertencias que la vida le da, reaccionando solo cuando ya es d...
—¡Fondo, fondo, fondo! — se escuchaba a coro en gran parte de la zona Dj. Mejor conocida como bar para todo el personal presente y ausente, cualquiera en realidad. Habían obtenido su primer periodo de descanso después del arduo tiempo laborar. Como plan de descanso prefirieron ir al bar para una pequeña “reunión”. Era exactamente ese lugar debido a que el personal del área cuenta con un tiempo diferente de descanso. No iban a dejarlos de lado siendo los mejores organizadores de fiestas y grandes amigos. Aparte el bar, y contar con permisos adicionales por ser empleado, era increíble, una oportunidad que no podían rechazar. Aunque no todos estaban de acuerdo con la reunión. Había una persona, que no quería estar involucrada que aún así estaba presente, pero, era la misma que irónicamente participaba muy determinado en una competencia en ese mismo instante. —¡Vamos Rox! Solo te faltan tres— —¡Y a él dos! — —¡Pero! Estaban a la par hace un instante ¿Cuándo? — —Ay dios mío…— Los comentarios ante la competencia eran muy variados; el azabache y la peli platino, se encontraban en una competencia de quien tomaba más rápido seis vasos de licor. El menor de los dos teniendo la delantera. Con la victoria entre las manos, con sus dedos, hizo una cuenta regresiva como burla ante su oponente desde el cinco al cero antes de terminar el último vaso. —¡Te gané! Paga lo que prometiste— —¡Carajo! Alcohólico, tenías que ser— dijo la peli platino, pagan la deuda en la que se había metido. —No tienes derecho para decir eso— dijo tomando el dinero evitando reír. Sí, fue obligado a ir; no exactamente, pero tampoco se iba a quedar de amargado en alguna esquina ni bien llegar. No porque quisiera participar, caso contrario, le era imposible evitarlo con la peli platino en el mismo lugar. Solo tenía que aguantar y ver como distraerse. Al menos los primeros minutos u horas, después buscaría un lugar para quedarse o regresaría a su cuarto. —Oye para ser un pequeño amargado, sabes sobre iniciar fiestas, ¿qué más sabes? — dijo el pelo blanco encargado del bar, abrazando por el cuello al azabache. —Sabe hacer trucos con cartas— —Ro cállate— —¿Eso es verdad? — —Se podría decir…—
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El pelo blanco, alma de la fiesta, organizo una partida de póker, siendo el show principal los trucos del azabache antes de jugar. El cual se comenzaba a arrepentir; más, de ir, todos los trucos que aprendió tienen una doble función, la mayoría con la capacidad de lastimar… en su defensa no quiso aprender eso, fue pura casualidad y práctica inconsciente. Nunca llego a imaginar o espero que una carta fuera tan letal. —¿John tú sabes hacer algo así? — La albina del grupo era curiosa, no lo podía ocultar o negar aquello. —Claro que no, quisiera, ¿por qué? — —Bueno, será un estereotipo tal vez, pero, trabajas con niños, no sería tan extraño que supieras sobre eso— —Más de niñeros, los trucos de cartas son de magos, o de asistentes de casino, realmente, o eso creo— respondió tranquilo viendo como la albina mostraba curiosidad. Le agradan las personas curiosas, él es parte de ellas. El primer día, cuando habían quedado en ir a su casa; reunión que no se dio, le pareció agradable la iniciativa de la albina. Si no fuera por la diferencia de horarios y las ocupaciones, posiblemente hablarían más de lo normal. —¡Oh! Entonces…— —Silencio preguntitas, Suzuki va a empezar— dijo la peli blanca sentándose a su lado haciendo que todos tomen atención al azabache. —«Bien, Yukio Suzuki, tú aprecias tu vida, la de otros… Cuestionable. Pero si no quieres tener problemas, ten cuidado con las benditas cartas, es un juego de naipes, no de navajas»— Estaba nervioso, no iba a negarlo, el papel puede llegar a ser peligroso. Un descuido al mover o lanzar las cartas y puede lastimar a alguien o a él mismo. Con un último suspiro, agarro todas las cartas para barajarlas. Al instante, hizo arcos con ella, cerraba y abría para volver a barajar, para luego cambiar el puñado de cartas de una mano a otra. Hacía girar cartas, volar en cierto sentido, algunas parecían que se iban a caer, pero no era el caso. Todos tomaban suma atención, totalmente hipnotizados por los trucos del azabache. Llegó el momento final de entregar las cartas, respiro onda ante de tirarlas a cada jugador, esperando no lanzar de forma incorrecta… y no fue el caso. Una vez entregó todo, se dio el lujo de respirar, se bajó de la mesa sentándose directamente en su puesto alado del rubio y la peli platino. No iba a jugar, quería, pero le dieron el control de las cartas en la primera ronda. Ya tendría tiempo de jugar y molestar a su amiga luego. —¡Wow! Oye eres demasiado ágil, y en la escuela no podías ni dar una voltereta— —Las cosas cambiaron desde la primaria— —Uhm, muchas cosas cambiamos en tal caso supongo— dijo la peli platino alborotando el pelo del azabache antes de tomar atención al juego.
