¿Qué haría Ladybug con la Death Note?

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Marinette Dupain-Cheng caminaba por las calles de París, embelesada con sus propias fantasías de una vida ideal junto al chico de sus sueños. Dirigiéndose a su casa, disfrutó de la vista que le otorgaba el atardecer. No podía esperar para llegar a su hogar, abrazar a sus padres, subir a su cuarto, tirar la mochila a la cama y contarle a los kwamis sobre el ligero rose que había tenido con su crush aquel día en la escuela.

Tras cruzarse con el heladero quien la saludó amablemente, pero a quien ella no pudo escuchar por lo distraída que se encontraba, decidió apresurar el paso con los ojos cerrados, creyendo que en medio de la plaza que tanto conocía, no chocaría contra nada.

Sin embargo, de un momento otro, se encontraba en el suelo, con pasto en la boca, pues su rostro chocó en el sector verde. Lo escupió. Su expresión denotaba que se sentía estúpida. Había caído hacia el frente, y el porrazo le hizo salir de su trance romántico adolescente.

Ayudándose con sus manos, se levantó del piso frotándose la rodilla mientras hacía una nueva de dolor. Tras unos momentos, observó detrás suyo, buscando curiosa aquello con lo que se podría haber tropezado ésta vez. Ni en un rincón ni en otro había nada, así que decidió irse sin más, atribuyendo el hecho a su torpeza. Pero al levantarse del piso, se dio cuenta de que tenía algo pegado al culo, y al agarrarlo dio cuenta de que era una libreta negra.

-¿Ah? -dijo interesada observando las palabras y diseño sobre la portada de la libreta en sus manos -Qué cuaderno tan oscuro.

Un rato más tarde, ella se encontraba en su cuarto, leyendo las reglas de la libreta junto con casi todos los kwamis flotando a su lado, expectantes.

-"Raramente se puede ver Death Notes con cubiertas blancas o rojas, pero tanto su modo de uso como su efecto no difieren en nada de las que tienen cubiertas negras". Y por último, la regla 128 dice que todos los humanos, sin excepción, acaban muriendo.

Los kwamis murmuraron todos a la vez asustados por el contenido de aquella libreta. Marinette pensó para sí misma mil cosas a la vez, atrapada entre la desconfianza y el miedo. Unos minutos después, Tikki la sacó de su inmersión, e intercambiaron miradas de preocupación.

-Ese cuaderno me da un mal presentimiento -Dijo Tikki.

-Cálmense todos por favor, no sabemos si todo lo que dice aquí es real -dijo levantando la libreta -Alguien podría haberlo escrito como parte de una broma. O podría ser un engaño de Shadow Moth, cada vez que la vuelvo a ver se vuelve más ridícula, si escribo el nombre de alguien aquí, nada malo va a ocurrir -dijo con una expresión de que iba a pelear a puño limpio contra un calamar metrosexual.

-No lo sé Marinette, tu sabes muy bien que la magia es real, y aunque nunca había visto un shinigami antes, ésta libreta tiene algo muy malvado, deberías deshacerte de ella o destruirla de una vez.

-Yo creo... -Todos los kwamis la observaban atentos a su decisión -Yo...

Un estruendo acompañado de un temblor retumbaron por toda la casa haciendo perder el equilibrio a Marinette. Rápidamente fue a abrir uno de sus guardarropas rosados, guardó la Death Note en él, y cerró con llave. Luego subió las escaleras hacia su balcón seguida de Tikki, y desde allí, pudo ver en las calles a un gigante de hielo, persiguiendo a Chat Noir, quien lo esquivaba ágilmente.

Sin pensarlo demasiado, la jóven entró a su cuarto junto a su kwammi para poder transformarse en súper heroína y ayudar a su compañero a pelear.

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⏰ Última actualización: Jul 24, 2022 ⏰

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