Capítulo 35

13 1 0
                                    

Cuando cruzo la puerta de mi casa, encuentro a Cleo esperándome como un labrador ansioso.

- ¡Finalmente! - ella exclama.

- ¿Me tomó tanto tiempo? No me di cuenta - respondo.

- ¿Entonces, ¿cómo estuvo?

- Todo bien. De hecho, muy bien. ¿Hay alguien en casa?

- No, todavía no han llegado. Pero tu madre debe estar llegando con tu hermana, al menos eso es lo que escuché esta mañana.

Increíble. Ella presta más atención que yo a las cosas que suceden entre estas cuatro paredes.

- Entonces todavía tenemos un poco de tiempo. Ven.

Pasamos al dormitorio, que actualmente es la residencia oficial de Gato, lo cual no es de extrañar, conociendo su anterior hogar.

Me ronronea un poco y se acurruca en el centro de la cama. En el piso, en el escritorio, en todas partes reina el mayor desorden. Ni siquiera sé cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que limpié. El armario abierto muestra ropa y zapatos mezclados en un montón informe que emana un olor a abandono.

- Esta habitación se ha convertido en una especie de trastero. Comparado con eso, la habitación de mi hermano es un palacio - comento.

- Si quieres, puedo ayudar a limpiarlo.

- Es mejor, de lo contrario no habrá nadie que pueda soportar a mi madre.

- Extraño.

- ¿Qué?

- Siempre llamas a tu madre Jenna.

Es correcto. Y eso también me sorprende.

- Por cierto, ¿por qué decidiste llamarla por su nombre?

- No lo sé. Tal vez porque "mamá" es de todos los demás y Jenna es solo mía. O simplemente porque lo encontré menos suave.

Ella se ve triste.

- ¿Extrañas a tus padres? - Pregunto.

- Si, mucho. Pero sé muy bien lo que les hice, aunque ellos no recuerdan nada.

- Así es, es agua debajo del puente ahora.

- Yo también - dice ella, sentándose en la cama. - Pero vayamos al grano: hablé mucho tiempo con David. Primero le mostré el libro y le pedí que lo firmara.

- ¿Cuál fue su reacción?

- Él estaba muy sorprendido. No sabía que aún estaba en circulación. Dijo que era su primera novela publicada, hacía muchos años, y que la editorial, prudentemente, había hecho una pequeña tirada para sondear el mercado. Como la novela no tuvo mucho éxito entre el público, no se reimprimió. Preguntó dónde había encontrado esa copia.

- ¿Qué respondiste?

- No dije que habíamos robado de la casa de una víctima de asesinato. Mentí, diciendo que lo encontré en un vendedor de libros usados ​​en otra ciudad.

- Muy bien.

- Luego me invitó a pasar a tomar un café y aproveché para informarme un poco más.

- ¿Y cómo es la casa por dentro?

- Muy rara. Para empezar, está atestada de muebles y objetos de todo tipo. De verdad, Alma, es increíble: no hay ni un centímetro de espacio libre entre sofás, sillones, arcones, estatuas, piano, mesitas... Y encima, miles de fotos, cachivaches de plata y porcelana, papel, objetos de madera, cajas viejas. Y en las paredes, cuadros, grabados, mapas. Y no es posible decir de qué material está hecho el piso, ya que está completamente cubierto con alfombras, en algunos lugares, una encima de la otra. En resumen, parece un mercado de antigüedades. La impresión es que nadie toca esos objetos, por ningún motivo.

Luz (Luce) Trilogia My LandWhere stories live. Discover now