[✓] 𝗢𝗡𝗘 𝗙𝗢𝗥 𝗔𝗟𝗟 ─── ❪ wyatt lykensen ❫

11. it was real for me too

CAPÍTULO 11.
. . . one for all !! ❱ act one
❛ también fue real para mi ❜

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—Debes detener la demolición, papá —dijo Zed hacia su padre—. Sé que te costó conseguir este trabajo, pero si va a perjudicar a los hombres lobo, debes detenerla.

—Tienes razón —dijo Zevon asintiendo levemente—. Y Addison tiene razón. Cancélenla. Detengan la detonación. Y mañana, cuando sea seguro, vamos a buscar lo que quieren. Pero ahora, ya pueden ir a casa.

Todos empezaron a celebrar. Los oficiales liberaron a los hombres lobo, quienes aullaron.

Dale se acercó a la rubia, quien se mostró algo incómoda al verlo.

—Yo... —iba a decir Yelena, pero antes de poder decir algo, el hombre la abrazó, sorprendiéndola—. Okay, no me esperaba eso.

—Lo siento, Yel. No sabía lo que te pasaba, ni lo que eras —se disculpó Dale aún abrazándola.

—Sí, bueno. No es tu culpa, y supongo que ni la de Missy, pero Addison tomó sus deciciones —dijo Yelena y sintió un olor extraño—. Oye, ¿puedes... alejarte un poco? Apestas a tristeza y culpa.

Dale rió un poco al escuchar eso a la vez que se separaba. Yelena sonrió algo tímida. Y al ver a alguien detrás de ella, el hombre se alejó un poco para dejarlos solos.

Yelena se dio media vuelta para ver quién era, a pesar de que había olido su olor.

Entonces, Wyatt la abrazó, haciéndola reír levemente a la vez que, para sorpresa del lobo, correspondía el abrazo.

—Bueno, no te emociones tanto —dijo algo divertida Yelena, y ambos alejaron un poco sus rostros, así quedando las manos de Wyatt en su cintura, y las de ella sobre sus hombros.

—Gracias por ayudarnos —le agradeció Wyatt sonriendo un poco.

—Los dos somos... seres sobrenaturales. Tal vez algo diferentes, pero... al fin y al cabo, no dejaría que murieran —Yelena se encogió de hombros—. Y un amigo no lo dejaría tampoco.

Pero, sin que él llegara a notarlo, la chica empezó a sentir algo raro. Algo que venía de la central.

—¿Estás bien? —preguntó frunciendo levemente el ceño Wyatt, al verla hacer una pequeña mueca.

—Sí —Yelena agradecía mentalmente que él no podía escuchar sus latidos, ya que sabría que mentía—. A-ahora vuelvo.

La rubia se soltó suavemente de su agarre y empezó a alejarse un poco. Wyatt la siguió con la mirada hasta que la perdió de vista.