"La Morgue"

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El 2 de Noviembre del año 2003 cambió mi manera de entender la realidad, terminé la Universidad, era el mejor de la clase, en ese entonces me esforcé en convertirme en lo que me enorgullecí llamar "el uno más" de todos mis conocidos, esto consistía que siempre que alguien llegaba con un mérito, éxito o hazaña, me sentía obligado a superarle, claro en poco tiempo me convertí en alguien a quién los demás le huían y aborrecían por decir lo menos, era solitario, pero justifiqué que todo era por envidia que los demás no aceptaban el hecho de que fuera mejor que ellos, me alejé de todos, me refugié en mi carrera y no paso mucho tiempo en ser el mejor en mi especialidad, era médico forense.

Conseguí el puesto como jefe del Departamento de la Morgue Judicial en Montevideo, mis calificaciones fueron sobresalientes, muy por encima de la media nacional, gracias al examen de oposición me volví de un momento a otro en el encargado de las más de doscientas almas que trabajan en el edificio, mucho de ellos doctores con mayor, pericia, experiencia y conocimiento que yo, pero por supuesto la sombra de mi primer lugar nacional nubló mi juicio para reconocerlo en ese momento, resultó como siempre dije que pasaría, estaba destinado a ser el uno más en todo lo que me propusiera, el ingreso al hospital fue un 1 de septiembre de ese año de 2003.

Para potenciar esas ínfulas de nuevo gerente que traía, el director del departamento de Sanidad y también el de Justicia, organizaron un evento con todos los trabajadores, el gobierno en turno era firme creyente de la meritocracia, y mi primer lugar nacional en el examen, auguraba la que sería yo el que guiaría a ese departamento en ser la mejor administración hasta ese momento, ese día saludé a todos, doctores, asistentes, personal administrativo, incluso a los encargados de la limpieza a los que obligaron a asistir ese domingo.

No lo sabía en ese momento, pero ese éxito momentáneo cambió mi vida para siempre.

Tomé posesión del despacho del Departamento el 2 de septiembre, mi asistente en la oficina del director, era Rodrigo un muchacho mexicano de intercambio en la Universidad de Montevideo, el me mostró el edificio, me indicó cada uno de los lugares que pensó que era importante conocer, me presentó con todos los doctores y al resto del personal de los que sabía el nombre de todos ellos, eso me agradó desde el principio.

Rodrigo era articulado para hablar aunque su acento fuera del todo diferente al mío, ese hecho me pareció refrescante, trabajar con un extranjero, pero además era cuidadoso, meticuloso, su aspecto encuadraba con la imagen del científico loco, cabello desordenado, gafas, pálido, pero a diferencia del cliché era sin duda un hombre extrovertido, eso lo pude constatar en innumerables ocasiones en las que cada que salía del ensimismamiento de escribir su reporte en el ordenador, me contaba de México, de sus tradiciones y como la aplicación de esos saberes ancestrales influían de manera directa en su vida, en especial de su relación con la muerte, un tema que era toral dentro de la idiosincrasia de los pueblos indígenas en su país, y como eran elementos fundamentales según él en su práctica mortuoria.

Al principio no le tome importancia, tampoco pregunte más, supongo que asumí que todos eran supercherías, cuentos de terror para adultos a los que se les pincelaba de misticismo para mantener una tradición supernatural y justificarla elementos supernaturales, no le pregunté a Rodrigo a que se refería, sin embargo, lo observé de cerca durante varios días a la expectativa de que fuera utilizar algún artilugio o peor que tuviera un comportamiento inadecuado en el manejo de los cadáveres, claro que estaba listo de penalizarlo en caso de que cometiera un falta, pero nada de eso fue necesario, Rodrigo era impecable en lo que hacía, con mucho esfuerzo debí admitir en contra de mi propio ego que era mejor que yo.

Siempre fui receloso de todo lo que tuviera que ver con lo sobrenatural, con lo místico, era un científico de pura cepa, la evidencia era lo único que me movía a tomar una postura respecto de algo, era como debe esperarse de un hombre en mi condición un ateo militante, ávido de meterme en cualquier discusión al respecto, y avasallar en contra de cualquier argumento que quisiera involucrar elementos metafísicos, extra normales o esotéricos.

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⏰ Last updated: Apr 10, 2022 ⏰

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