Capítulo 16

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—¿Conseguiste un trabajo?

—No.

—¿Y un entrenador?

—No.

—¿Al menos hiciste lo que te pedí? —Brenda parece furiosa, de haber sabido que esto la pondría furiosa hubiera buscado un entrenador o un trabajo con urgencia.

—Aquí están los dibujos —se los tiendo. Son solo dos, uno del miércoles y uno del jueves. Los mira y luego a mí.

—Elegiste colores interesantes —me estudia— .¿Sabes lo que significan?

—Noup, pero supongo que usted me lo dirá.

—Así es. El celeste significa confianza, honestidad y tranquilidad —me muestra mi dibujo de la pareja abrazada y desvío la vista— .El rojo significa amor y pasión, urgencia y, a veces, miedo.

No digo nada. No sé lo que quiere decir diciéndome eso, pero algo está insinuando.

—Es interesante que hayas decidido dibujar a una pareja y pintarla con esos colores. Te diré lo que creo que significa todo este dibujo —me abstengo de mostrarme nerviosa— .La habitación tiene muchos detalles, demasiados, y las personas no tienen detalles porque usaste esos colores, pero supongo que también hubieras usado detalles, ¿no?

—No lo sé.

—Es un recuerdo. Dibujaste un recuerdo en el que sentiste que esa persona te transmitió confianza y calma, por eso usaste el celeste. Y a ti te pintaste con el rojo por...

—No —interrumpo antes de que siga y diga alguna tontería— .No es un recuerdo y tampoco es amor lo que se supone que debí sentir.

—No lo aceptas —concluye.

—Es que es una tontería.

—Los sentimientos no son tonterías —me cruzo de brazos y arqueo una ceja, manteniendome reacia a responder. Suspira, sabiendo que no diré nada, y cambia de tema— .La universidad acaba en tres semanas, ¿cómo te hace sentir eso?

—Feliz —me invita a seguir hablando— .Ha sido un año duro, me alivia tener que tomarme un respiro de la escuela.

—¿Tienes algo planeado para las vacaciones? —niego— Bueno, un trabajo de verano y hacer ejercicio me parece un buen plan.

—¿No se rendirá con eso?

—No, porque es lo que debes hacer.

—Conseguiré un trabajo y un entrenador, no tiene de qué preocuparse.

—Espero que lo digas en serio.

—Claro.

—¿Y tú familia? ¿Has tenido otro contacto con ellos desde aquella tarde?

—No —digo desilusionada— .No he tenido ni siquiera un acercamiento, no me han buscado.

—¿Piensas que lo harán?

—Eso espero.


Dos semanas han pasado desde mi última sesión de terapia, en realidad ha pasado media. Brenda se ha ido de vacaciones y las sesiones las tenemos por el móvil.

Miro a Aspen recoger su bandeja , siento la mirada de Isaac sobre mí y lo ignoro, recogiendo la bandeja con mi almuerzo.

Las cosas con Aspen han estado tensas, no me agrada no poder ir en la noche y dormir con él, me quedé con Jake e incluso dormí con Isaac varias veces pero nunca pude conseguir dormir completamente bien.

Conseguí un trabajo y un entrenador como me ordenó Brenda. El trabajo es en un bar, voy en la noche y los chicos me llevan y traen. Lo mismo pasa con mis clases de defensa personal. Mi entrenador se llama Leo, recomendado extrañamente por Aspen.

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