¡Un campamento emocionante organizado por la academia! Uno donde todos podrán convivir y descubrir más de si mismos.
Sanemi tiene sentimientos encontrados por cierta compañera y en este campamento es donde verá como esos sentimientos florecen de for...
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Se tapó los oidos con necesidad ¡Lo tenían malditamente harto!
—¡Miren una ardilla! —Se oyó aquel grito emocionado por ver a tal criatura en el camino.
Todos rápidamente se levantaron de su asiento para dirigirse a ver a la ardilla a través de la ventana.
¡¿Era enserio?! ¡EN LA CIUDAD TAMBIÉN HABÍAN PUTAS ARDILLAS! ¡¿Que era lo especial que veían?!
Harto, se dió un golpe en la frente con su palma. Negando con la cabeza.
Todo iba de mal a peor, para colmo lo sentaron al lado del emo engreido del salón, Tomioka Giyuu. Bueno, en realidad eso no era tan malo -Si lo comparaba con lo demás- pero aún así se mordía la lengua para no insultar al otro cada que respiraba. El pelinegro se mantenía callado en su lugar y solo miraba lo que hacían sus irresponsables compañeros, quienes caminaban de aquí a allá pese a estar en un vehículo en movimiento.
A Sanemi casi le pareció que él contrario quería ir con los demás pero no se atrevía...
Negó con la cabeza rápidamente para esfumar esa idea tonta de sus pensamientos, seguro no quería ir con ellos porque se creía mucho. Razón por lo que lo odiaba tanto.
Se cruzó de brazos y dirigió su mirada hacía la ventana con su cara visiblemente molesta como de costumbre, solo que está vez era peor y con motivo.
Iban rumbo al campamento, si calculaba bien eran en total 5 autobuses llenos de estudiantes idiotas.
—¡UNA VACA!
Automáticamente todos volvieron a pararse con exagerada emoción para ver a tan majestuoso y poco común animal.
El ojo de Sanemi hizo un Tic y una sonrisa ladina y estática se formó en sus labios.
De este campamento podría salir únicamente: Opción 1) Huyendo. Opción 2) Loco, listo para entrar a un psiquiátrico.
—¡Ey! —Se escuchó— ¡Dame espacio, Tengen!
Automáticamente al oír eso volteó a mirar. No era como si le interesara, solo fue por mera reacción.
Pudo divisar como T/n luchaba a muerte con el antes nombrado, quien no le daba espacio para mirar y en cambio la empujaba divertido a otro lado.
Rodó los ojos y devolvió su vista al mismo punto anterior. Sin embargo, inconscientemente miraba por el rabillo del ojo para estar al pendiente de que hacían.
¿Que tendrian esos dos? Era un misterio para toda la clase.
Pero bueno, a él no le importaba, no era su problema. Por supuesto no estaba celoso.
