Capítulo 5

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𝐍𝐚𝐫𝐫𝐚𝐝𝐨𝐫 𝐨𝐦𝐧𝐢𝐬𝐜𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞

-;; La luz del sol hacia despertar la cuidad mientras que sus rayos alumbraban cada rincón sin dejar sombra.
Eso hizo despertar a cierta chica que bostezaba, tenía planes: Desayunar afura, salir que ver como era la cuidad, y encontrar trabajo.
Se quedó ahí en la cama todavía sin hacer nada, pero para su buena suerte alguien llamaba a la puerta de su habitación.
Se levantó de un salto con energías mirándose en el espejo que tenía al lado de la cama; "despeinada como siempre" pensó.
Dió dos pasos hacia la puerta abriendo la perilla encontrándose con su padre que la llamaba para desayunar.

-hija, vamos abajo que...

El hombre fue interrumpido por un beso en la mejilla de su hija. Sonrío, parecía ser que le gustó ayer la cuidad cuando fueron a casa.

-lo siento papá, tengo planes para mi. Y una de ellas es desayunar fuera de casa.

Dijo aquella chica suspirando arrascandose la mejilla con sus dedos nerviosa.
El hombre la miró para así negar con la cabeza, era hora de que conociera la gran cuidad aunque tendría que tener cuidado. Aunque algo se le pasó por la mente mirando a su hija que estaba bajando las escaleras.

-____, Antes de que te vayas, tenemos un regalo para ti de tu madre y yo.

La chica ya estaba abajo sonrio tiernamente para así asentir con la cabeza yendo a donde su madre para plantarle un beso en su mejilla poniéndose de puntillas. Se sentó en la silla de aquella mesa de color blanca esperando a que su padre bajase las escaleras con aquel regalo.
Cuando bajo dejo aquel regalo encima y enfrente de ella, haciendo observar que el papel del envoltorio era decorado con fresas de dibujo aparte echo con acuarela. No pudo contener la felicidad abriendo aquel regalo sin romper porque le daba pena.
Se sorprendió al ver un vestido de color blanco con dibujos de fresas como el papel, unos calcetines a juego, que tenían bordados muy bonitos con dos pompones siendo estos unas fresas y para rematar; había una diadema de color rojo pastel.
Miró rápidamente a sus padres, dándoles un gran abrazo estos correspondieron dando una risa leve. ¡Que buenos padres tenía!.
Subió con aquella caja hacia la parte de arriba de la casa, desvistiendose estando con su ropa interior para colocarse el vestido. Le hacía una cintura como de avispa, se abrocho la pequeña cremallera que tenía en la espalda, no llegaba a taparla tanto, aunque tenía que tener cuidado con el sol. Porque ser blanca... Podia hacerte daño. Se puso los calcetines, y luego los zapatos, que tenían un tacón de 10 centímetros de altura, parecía una muñeca, una verdadera muñeca de porcelana.
Tomo su bolso pequeño para colocarselo, y así salir de su habitación.

-Hija...¡Pero que bonita te ves!

Dijo su madre viéndola. Si los ángeles la vieran quedrian que ella estuviera en el cielo para reinar.
Su padre la miró orgulloso.

-Sacó mi belleza de joven.

Eso hizo que las dos se mirasen para mirarle a él, dando unas carcajadas limpias y sonoras.

-Papá...Nunca cambiarás. ¡Bueno! Yo ya me voy, quiero desayunar y socializar un poco con la gente.

-Hija ten cuidado, ¿tienes el móvil con batería?

Ella asintió con la cabeza. Les abrazo por último para salir de aquella casa aspirando aquel aire...aunque...tosió un poco, no era el campo claro... Una mueca de tristeza le hizo recordar las fresas que ella plantaba allí.
Sujeto su bolso con confianza para así salir a su aventura.

❥︎𝑵𝒊𝒏̃𝒂 𝒇𝒓𝒆𝒔𝒂  ❣︎ᶜᵒᵘⁿᵗʳʸʰᵘᵐᵃⁿˢ ˣ ᵗᵘ❣︎Where stories live. Discover now