Cambios

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Las cosas hubieran sido diferentes en otro contexto. Sólo hubiera necesitado ir a la clínica adecuada, tomar una cita y con un procedimiento simple, el embrión habría sido retirado como si jamás hubiera existido.

Pero las leyes cambian y los corazones también.

Si fuera el resultado de su primera vez con ese pequeño demonio, no habría dudado en deshacerse de ese manojo de células. Los betas tienen menos posibilidades de llevar a cabo un buen embarazo, entonces… ¿Sería solo el curso natural de las cosas, no?

Pero ahora… era diferente.

Durante tanto tiempo, empujó lejos a He Yu.

Fue perseguido por ese amor abrasador y aún así, se mantuvo frío como una tormenta de nieve.

Pensó que al irse, He Yu se había llevado con él uno de sus ojos.

¿Quién hubiera imaginado que le depararía otra sorpresa para no olvidar la huella que dejó en su vida?

En su vientre creía que estaba el último recuerdo que He Yu dejó en la tierra solo para él.

Debía atesorarlo.

Era su nuevo motivo para seguir vivo cuando nadie más lo necesitara.

(...)

Los años habían pasado. YanYan y su primo, Xiao Yang tienen una buena relación. 

Aunque la hora del conflicto siempre llega cuando YanYan debe regresar con su madre y Xiao Yang festeja que ahora su madre solo será para él.

A Xiao Yang no le agrada Chen Yan, aún si este último ha hecho todo lo posible para ganarse su favor…

Xie Qingcheng sabe que es ridículo que conductas sean heredadas en los genes… Pero eso no impide pensar en lo parecido que es a He Yu.

Pudo esconderlo bien de las miradas curiosas en Estados Unidos, pero apenas puso un pie en China con un pequeño niño idéntico a él, empezaron los rumores.

El tratamiento tuvo repercusiones en su embarazo, por lo cual Xie Yang no aparenta su edad… es mucho más pequeño y eso, hace que nadie asuma que es el fruto de su relación con He Yu.

Xie Qingcheng pensaba que era una bendición que Xiao Yang se pareciera a él en su infancia, pero no podía evitar lamentar en lo más profundo de sus almas, no poder preservar nada más de He Yu que sus ojos.

Los de Xie Yang eran idénticos.

Como si He Yu aún pudiera observarlo desde la otra vida.

Y en esta, no lo iba a decepcionar.

No dejaría sus “te amo” sin responder.

(...)

Cuando He Yu regresa de entre los muertos, su reacción natural es hablarle sobre Xiao Yang. Pero sabe que lo importante es tantear el terreno primero.

Sería solo normal que He Yu lo odiara.

Y parece ser cierto.

Porque cuando intenta contactar con él es como tratar de iniciar una conversación telefónica cuando la otra persona no se digna a levantar el teléfono. 

Como enviar señales de humo entre la niebla.

Los tiempos pasados no regresarán.

Quizás es mejor que nunca haya intentado buscarlo en compañía de su Xiao Yang.

Después de todo, él es fuerte, lo ha sido toda su vida. Puede soportar el dolor del odio de He Yu así como ha soportado otras cosas.

Pero no podía permitir que su hijo soportara el desprecio de un padre.

O peor…

¿Podría He Yu intentar quitárselo?

¿Odiaría al fruto de su unión? ¿O descargaría en él ese amor potente como una marejada que Xie Qingcheng nunca pudo aceptar?

Aún no era tiempo de saber la respuesta.

Aún podía ahorrarse la tristeza infinita al saber que su hijo tendría que repetir las carencias de su padre.

Una familia sin amor.

(...)

Cuando se encuentran en el hotel, es una fortuna que el pequeño Xiao Yang aceptara dormir en su carrito mientras su prima optara por aferrarse a los brazos de su tío.

Como si ese pequeño espacio fuera capaz de cubrir al pequeño de las palabras dolorosas como cuchillas de su padre.

De la indiferencia.

¿No podría encontrar una buena esposa?

No, no la necesitaba.

Y por la actitud de He Yu…

Xiao Yang tampoco necesitaría un padre.

Estaban bien solo siendo ellos dos.

(...)

Si He Yu pudo reconocer algo de él en Xie Yang o no… Daba igual.

Su expresión parecía deformarse en disgusto cada vez que dirigía la mirada al pequeño que se acurrucaba en su pecho, escondiendo su carita en el abrazo de su prima.

Si He Yu viera sus ojos…

¿Se reconocería?

(...)

Solo con Xiao Yang se permite susurrar la única creencia que sigue intacta en su alma, marcada con fuego en su corazón:

“Tu padre es bueno”

Sabe que He Yu nunca trabajaría para Duan Wen.

Aún sí el otro hombre lo odia…

Confía en la dirección de su moral.

(...)

Xiao Yang también padece Ébola Mental… Sería un milagro si no fuera así. Pero Xie Qingcheng sabe que ya no hay milagros para él en este mundo.

¿Cómo podía darle una buena cuando en este mundo aún existía una organización que de seguro codiciaba poner sus manos entre el primer niño entre pacientes con dicha condición?

Si la misión iba bien, podía dedicarse a darle una cálida vida y dulce crianza a su hijo, en compañía de los Wei y la tía Li hasta donde su cuerpo le diera, en un mundo más seguro.

Si la misión no iba bien…

Confiaba en que Xie Xue sería una buena madre.

Quizás mejor que él.


Nota de autora: Que vergüenza, el Wattpad se lageó y me duplicó párrafos así que lo edité, perdón si se borraron comentarios 😭
Gracias por leer ❤️

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⏰ Last updated: Mar 20, 2022 ⏰

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