24. Al final no pude (2)

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Capítulo 24. Al final no pude (parte 2)

El dolor mental no se asemeja para nada al dolor físico. El dolor físico tiene límite de vencimiento; en cambio, el dolor mental no lo tiene, puedes permanecer con él incluso años pero la mejor manera de curarlo es yendo a terapia, según dicen los expertos.

En estos momentos, el dolor físico le importa una mierda a Christopher. Lo único que ruega es que no dañen a su mejor amigo ni a la chica que tanto ama.

Las personas piensan que es fácil ser una figura pública, que su llamada "vida loca" no tiene consecuencias y que todo lo pueden arreglar moviendo contactos y firmando cheques con altas cantidades de dinero. Pero eso no es verdad, es completamente falso, erróneo.

Los errores del pasado afectan nuestras acciones del futuro.

Christopher más que nadie lo sabe ahora mismo; teniendo a dos de las personas más queridas e importantes para él hundidos en un mar de lágrimas hace querer acabar con su vida de una buena vez para dejar de verlos sufrir. Ahora mismo desearía no haberse enredado con Elena Rojas, la chica que destrozaría su vida y dejaría huella en ella, pero no precisamente una huella que utilizaría para el bien.

La chica se mantiene de pie frente a Christopher, su maldita sonrisa ladina empieza a fastidiar al ojimiel, provocando el enfado y las ganas de tomarla de los cabellos para azotar la contra cualquier cosa que tuviera frente a él.

-No has tenido suficiente, Christopher, ¿o me equivoco? -ladea la cabeza con el rostro lleno de burla hacia él.

-No creas que te tengo miedo, Elena, porque ya no. Ya no más. -la voz decidida de Christopher le da una chispa de esperanza a sus amigos, les hace creer que puede haber una posibilidad, que por más mínima o imposible que sea, puede ayudarlos a salir de esta situación.

-Yo no pretendo causarte miedo hacia mí, Christopher, al contrario. -se mueve de un lado a otro y las zapatillas hacen eco al chocar con el suelo. -Quiero casuarte dolor, todo el dolor que pueda, todo el dolor que sea posible y aguantes. No confundas lo que quiero hacerte, cariño.

Los otros dos chicos observan con odio a la mujer que está hablando. ¿Cómo era posible que hubiera tanta maldad en un cuerpo tan escuálido y pequeño como el de Elena? En su vida habían experimentado una situación como esta, llena de dolor y odio, tristeza y enojo. Son tantas las emociones que evoca este lugar que pensarían que están en un thriller psicológico.

En lo que puede pensar Olga ahora mismo es lamentarse el haber hablado con esa linda chica de cabello negro azabache, la cual es muy distinta a la persona que es hora, que está golpeando sin piedad al chico que ella ama.

Flashback

El sonido de las olas del mar chocando contra las grandes piedras es una melodía melancólica para Olga. La vida era melancólica para ella.

Aún se atormentaba por las noches recordando la infidelidad de Christopher; recordaba que había dejado al chico que amó por tantos años por él, aunque sufría cada que estaban cerca.

Lo peor que le puede pasar a una mujer es arriesgarlo todo por alguien que ni en sus sueños lo haría por ella. El amor debe ser recíproco, jamás individual.

-Se escucha tranquilo por aquí, ¿verdad? -escuchó una voz femenina a sus espaldas. Olga giró un poco la cabeza y vio a una chica muy linda de cabello negro azabache y ojos verdes grisáceos.

-Si, es demasiado tranquilo y eso calma. -le respondió con una sonrisa en el rostro.

-¿Puedo?

Olga asintió con la cabeza y se movió un poco hacia su izquierda para que la chica se sentara a su lado.

Reencuentro [Bandas #2]  (Completa) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora