d|• watch out, not always everything is real...
dónde kate se dedica a huir del
mal, y charles se encarga de m-
arcar un rumbo en su camino
o
dónde charles encuéntra respu-
es...
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Michael, Michael, Michael...
Abrió el placard del baño con desespero. Ibuprofeno, Paracetamol, Morfina...
Su ceño se frunció de más, sosteniéndose la cabeza con una mano. Hace tiempo el dolor no era tan fuerte. Puso una mano sobre el suelo de baldosas y con bastante esfuerzo, se paró y abrió el pequeño compartimiento de detrás del espejo. Nada.
Michael, Michael...
Apoyó ambas manos sobre el lavabo en un gesto derrotado. Luego, levantó tan solo la cabeza, y observó el reloj con mala cara.
Jodida mierda.
Regresó la mirada a las opciones que tenía delante, y terminó por manotear el tacho de tapa roja. Dos ibuprofenos debían servir de algo. Luego, de lo otro ya se encargaría ella.
Manoteó su bolso en la entrada y sin mirar realmente rebuscó por sus documentos, que de veridicos tenían lo que ella de rubia. Tomó la identificación de se hermano para ingresar e irse del campus y frunció el ceño por un segundo antes de salir. Volteó la mirada a la cocina y entrecerró los ojos.
¿Podría llegar a necesitar un cuchillo para algo?. No, no iba a ir a matar gente, o al menos eso esperaba. ¿Y una navaja?.
Negó con la cabeza, despabilando. Por su puesto que no.
Observó la puerta, y se mordió el cachete antes de abrirla con sigilo. Se sintió ahogar, y como si la madera hubiera estado actuando de barrera, guió rápido una mano a su cabeza para no desestabilizarse.
¿Donde estas cuando te necesito?
Soltó un suspiro pesado, y sin sacarse la mano de la sien, salió de la habitación de su hermano intentando no ser vista por el morador de la zona. Bajó tres juegos de escaleras seguidos, cuando las punzadas comenzaron a hacerse diez veces peores. Se detuvo en el descanso, apretándose la cabeza con las manos un segundo.
Las sentía, más palpables que nunca. Murmullos por lo bajo, comentarios de la más baja calaña... pinchazos. Todo se resumía a eso, pinchazos.
Metió la mano en el bolso, destapó el frasco e intentó convencerse de que eso mejoraría las cosas. Las pastillas pasaron por su garganta sin una gota de agua, raspando todo a su paso. Se sostuvo con fuerza de la baranda antes de comenzar a caminar a los apurones otra vez, como si eso fuera a eliminar el dolor. Pasó la tarjeta de identificación al pasar al campus, y supo que ya no podría seguir resguardandose en el departamento. Michael había notificado su ida en administración. Era más que seguro que darían el pase de baja luego de que lo pasara en el registro.
Le tocaría buscar algún lugar más. De hecho, había visto un edificio en mal estado, que esperaba que estuviera abandonado a unas tres calles. Quizás, si tenía suerte...
