Uchiha Kyomi | Segunda temporada

Capítulo XXXV: Reencarnaciones

— ¿Por qué el ninjutsu médico no funciona?— Sakura estaba desesperada. Se pasó a tratar de curar a Kyomi, pero el resultado era el mismo— En ninguno de los dos

— Podría ser porque les arrancaron al Nibi y al Kyubi— Gaara explicó al ver la reacción de Sakura— Pero todavía hay salvación, al menos para Naruto. Debemos ir con el Cuarto Hokage

Sellar la otra mitad del Kyubi en Naruto lo salvaría. Claro que Sakura tampoco descuidó a Kyomi, pero para la tranquilidad de ella y de Gaara, Kyomi respiraba bien, parecía simplemente estar en coma.

En otro lado, Orochimaru, junto a Taka, se dirigían a donde Karin había percibido por última vez a Sasuke. Él había sido el último en intentar pelear contra Madara, lo cual simplemente resultó en dejarlo en un estado grave.

[Narrador. Primera persona]

— ¿Por qué está tan oscuro?— fácilmente yo llevaba cerca de dos horas caminando, sin rumbo— No logro recordar nada, solo que antes de estar aquí, estaba haciendo algo importante

— ¿Kyomi?— esa voz, me resulta familiar— Kyomi, ¿Qué mierda haces aquí?

— ¿Kenta?

— Oi, Kenta— siento como si estuviera alucinando— No la molestes. Acaba de ser herida

— ¿Hideki?

Ambos, estaban aquí, frente a mí. Creí haberlos perdido, pero no, al final seguían conmigo. Me encaminaron hasta un pequeño lago en un claro en aquel enorme bosque, nos sentamos a la orilla, viendo atentamente el agua, sin decir nada, simplemente pasando el rato.

— ¿Qué tal ha ido todo, Kyomi?— me preguntó Kenta— ¿Cómo están todos?

— Después de que te fuiste, el Clan Uchiha pudo regresar— le empecé a contar, forzando a mis memorias a aparecer— Fuimos bien recibidos. Justo ahora estamos... en guerra

Ahí fue cuando todo conectó en mi cerebro. La Gran Cuarta Guerra Ninja, Obito, Madara, el Shinju, el Gedō Mazō. Me levanté tan rápido como pude y el entornó cambio, ahora era el campo de batalla en lugar de aquel tranquilo bosque.

— Kyomi, explícame una cosa— Hideki me volteó a ver y yo a él— Si están en guerra, ¡¿Qué estás haciendo aquí?!

— Me quitaron al Nibi— le respondí con vergüenza— Estoy, literalmente, muerta

— No, solo estás en coma— Kenta interrumpió y lo voltee a ver— Solo necesitas algo para despertar

— ¿Qué es ese algo?

— Librar tu propia batalla— me contestó y lo miré confundida— Recuerdas que no has controlado por completo el senjutsu

— Cierto, pero debe de haber otro modo— le respondí comenzando a pensar en las posibles soluciones— No puedo aprender senjutsu en un par de minutos

— No hay más soluciones— me reprendió— Recuerda lo que te dijo el viejo, que solo podrías dominar el senjutsu cuando entendieras lo que es la paz

El escenario volvió a cambiar y ahora me encontraba frente al muro, con ambos dragones, el blanco y el negro. Me quedé meditando, no sé cuanto tiempo, pero me sentía tranquila, era como si todo estuviera en orden, en equilibrio.