Excusas

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Tengo algunas cosas que decirte que no debo

Todos dicen que aún es pronto, pero yo paso de eso

Diez minutos antes de irte ya empecé a echarte de menos

Y al marcharte sentí dentro que quería verte de nuevo

Sábado, 14 de mayo

Cuarto de Hakkai, 1:25pm

Chifuyu empezaba a marearse, escuchar hablar a Hakkai sobre lo mucho que le gustaba Mitsuya estaba bien, él podía con ello. Pero ciertamente escuchar a hablar a Hakkai sobre su flechazo por el peli lila durante 2 horas seguidas iba más allá de sus capacidades y de su paciencia, además haber dormido poco más de 4 horas ese día, no se encontraba en óptimas condiciones para esto.

¿Así de idiota se escuchaba cuando hablaba de Baji-san? Pensó, inmediatamente ese absurdo pensamiento se esfumó de su mente. Nah, seguro él se escuchaba genial. Todo lo que tenga que ver con Baji-san es genial, por ejemplo, la vez que el pelinegro estrelló su moto contra unos botes de basura para evitar atropellar a un gatito que estaba en medio del camino, o aquella vez donde...

—Mierda, Chifuyu, ¿me estás escuchando? Dios, hueles mucho a gato. — Hakkai pasó su brazo por su nariz que ya se encontraba ligeramente roja, luchando contra las ganas de estornudar.

El rubio sacudió su cabeza en respuesta negativa. — Deje de ponerte atención hace como 20 minutos, de hecho creo que ya es hora de irme. Veré a Baji-san en un rato. — Mintió, pensó mil excusas para poder ir a su casa y dormir un mes si era posible, sin verse tan mal amigo por dejar hablar solo al de cabello azul. — Y por supuesto que huelo a gato, idiota. Soy como un gato gigante, ¿no crees?

Por lo pulgoso ha de ser, pensó Hakkai, pero no dijo nada, no tenía ganas de discutir con el rubio

Chifuyu le dió una palmada en la espalda como despedida, esperaba marcharse lo más pronto posible, antes de que a su amigo se le ocurra ponerse a recitar las 101 razones por las cual Hakkai y Mitsuya serían la pareja perfecta. Escrito, obviamente por el menor de los Shiba

—¡Espera, por favor! Chifuyu...Amm. — Nervioso, desvió la mirada para evitar la del chico rubio, hace días que tenía una idea en mente pero no se sentía seguro de sí mismo. Hakkai no era una persona débil físicamente, pero hablar sobre sus sentimientos con alguien más lo hacía sentirse pequeño e indefenso. Miró el reloj que colgaba en la pared de su cuarto como si fuera lo más interesante del mundo, unos segundos después habló— Necesito que me des tu más sincera opinión, piensa que esto es un asunto de suma importancia, ¿de acuerdo?

Con el pulgar arriba, Chifuyu accedió

— ¿Tú crees que ya sea un buen momento para decirle mis sentimientos a Taka-chan?

La pregunta había tomado por sorpresa al rubio. ¿De verdad desperdiciaba minutos en su cómoda cama por esto?

—¡Oh, tal vez es muy pronto, Hakkai! Estoy seguro que él solo piensa que tu sientes amistad por él— contestó con un toque de sarcasmo en su voz.

Todos en la escuela, no, todos en Touman, no, todos en Shibuya, no, puede que incluso todos en Tokyo sepan del amor de Hakkai hacia Mitsuya. Hasta existe la posibilidad de que el propio Mitsuya ya tenga conocimientos de esos sentimientos

— ¿En serio? Mierda, tal vez es muy pronto. ¡No quiero que Taka-chan se sienta incómodo conmigo! O que dude sobre de cómo me siento. Ni siquiera sé cómo decirle a Taka-chan — entre sollozos habló. — Pero, quiero caminar tomando su mano. Ahh, los labios de Taka-chan han de ser suaves, estoy seguro de que encajan  a la perfección con los míos.

Cariño [Mitsukkai]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora