Capítulo 41

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Irina

Una de mis uñas golpea el cristal del vaso de agua, nos mantenemos en silencio un buen rato mientras que Luke termina de procesar todo lo que acabo de decir, finalmente había tenido valor para decirle a alguien lo que realmente me pasaba y cuál había sido mi vida estos años.

Ahora, en el fondo de mi mente tenía un nuevo miedo al cual me enfrentaba.

¿Y si ya no le gustaba?

¿Y sí por mi pasado Luke me dejaba?

Ese era uno de mis temores en las personas cuando comenzaba a contarles acerca de mi pasado, que me se fueran de mi vida porque pensaran que no valía la pena estar conmigo, pero si Luke, lo hacía.

Me dolería más de que nada.

Es algo que creo que no podría superar fácilmente, no cuando una persona se ha colado en ti a niveles que nunca has sentido como lo ha hecho Luke, mi mente en estos momentos no era mi amiga, era mi enemiga.

Todo se ha ido a la mierda.

Todo

Ni siquiera puedo describir la magnitud de los daños en mi estado emocional porque mi mente se niega a repetir los sucesos, había tenido ataques de pánico antes de retirarme pero nunca de esta magnitud.

Me autolesioné.

Miro mis nudillos vendados y antes de escabullirme de la enfermería, pude ver en un reflejo cercano las gasas en mis brazos junto algunos rasguños superficiales en mi piel, realmente las cosas se habían salido de control conmigo esta vez.

Me he quebrado finalmente.

Finalmente las piezas rotas que por fin había juntado para esconder mis emociones, se han despegado de nuevo mostrando aquello que no había querido ver.

Mi vulnerabilidad. Mis miedos. Mis temores. Mis traumas.

Todo eso ha salido finalmente de la manera en que ahora, no sé qué hacer o qué camino seguir. Agradezco que hayan llamado a la Dra. Allen en ese momento, creo que no podría tener un poco de cordura si ella no estaba ahí para cuando me desperté.

Fue fácil hablar de lo que había pasado esa mañana, poco después de su sesión. Ella lo sabía o intuía que mis ataques de pánico se debían a un detonante bastante fuerte, el suicidio de ese hombre ha terminado por joderlo todo.

El silencio se hace presente entre nosotros de manera pesada, solo la música del lugar hace eco en mis oído pero la oigo muy lejana de donde estoy miro a mi alrededor un momento, la gente ríe y baila al ritmo de las melodías, como si nada les importara.

Me doy cuenta tardíamente, que mi mano sigue aferrada a los dedos de Luke, suavemente quito mi agarre del suyo al principio se niega a hacerlo, pero finalmente me deja ir.

Ni siquiera tengo valor de mirarlo a la cara, porque internamente no podría soportar ver la lástima en sus ojos ante la mierda de mi vida y situación.

—Puedes irte...— digo por lo bajo— puedes irte, si quieres hacerlo—

Mis ojos siguen fijos en el fondo del vaso, como si de alguna manera el cristal tuviera la respuesta a mis tormentos y miedos, golpeo con más nerviosismo mi uña en el vaso cerrando los ojos un momento, porque seguramente cuando los abra él ya no va a estar ahí.

Todos se van.

El único que se ha quedado es Oliver y no es por que se lo haya contado yo misma, él simplemente lo descubrió una vez por error cuando entró al sistema de los asesinos en busca de información.

Candente tentaciónWhere stories live. Discover now