Capítulo 14

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Elizabeth:

—¿Y como se llamaba?— digo confusa.

Carter me ve confundido, mientras le da un mordisco a su hamburguesa.

—¿Cómo se llamaba quien?— dice cuando termina de tragar.

Río divertida, —El o la dueña de la librería.

El se queda unos segundos en silencio, hasta que toma agua.

—No lo sé, no nos presentamos formalmente. Fui el único que dijo su nombre, luego el...

—¿Él?— digo confundida —. ¿El dueño es un chico?

Carter cierra los ojos, como si estuviera castigando a si mismo en silencio.

—Si...— dice luego de unos segundos.

—¿Y...? ¿Cómo se llama?— digo con una sonrisa.

—Ya te lo dije...no lo sé.

A pesar de que lo dijo así, no me convenció para nada. Algo esta escondiendo.

[...]

—¿Qué haces?— digo hacia Carter.

—Ah, le escribo a el dueño de la librería, ya sabes, para mantenerme informado de cuando tengo que ir y...todo eso.

—¿Me acompañas a comprar un café?

El sigue escribiendo en su teléfono, asi que tomo eso como un no. Salgo de el departamento y camino hacia la cafetería.

Al llegar, toman mi nombre y empiezan a preparar el café. Si se preguntan para que era el nombre, es porque en esta cafetería escriben tu nombre en el vaso.

Al ya estar listo, pago y tomo el vaso, empiezo a tomar y siento algo diferente, pero no le hago mayor caso hasta que alguien toca suavemente mi hombro.

Levanto mi vista hacia el, y veo su cabello rubio y sus ojos grises.

—Disculpa ¿Eres...Eli?— dice leyendo el vaso.

Confundida, asiento con la cabeza y el me sonríe, veo sus perfectos dientes blancos. Me entrega el café y dudosamente lo tomo.

—Creo que se confundieron de café.

Dejo de tomar mi café y leo el nombre en el vaso Steven. Apenada, se lo entrego nuevamente.

—Puedo comprarte otro, no es problema para mi, además yo ya había tomado de el café y creo que...

A pesar de estar hablando demasiado rápido por lo apenada que estába, el parece seguirme el rollo y solo sonríe.

—Tranquila, no hay problema. Al fin y al cabo una chica tan linda tomo de mi café ¿que más le puedo pedir a la vida?

Río divertida, —Igual, una disculpa.

—Bueno...yo me tengo que ir, pero si algún día nos volvemos a chocar, te invitaré a un café igual al mio, creo que te gusto ¿no?

Mis mejillas se encienden al oír eso, la pena no cabe en mi cuerpo. Tome un cuarto de ese café y ni siquiera era mío.

Nos despedimos y así, vuelvo a casa.

[...]

Iba subiendo en el ascensor del edificio, mientras escuchaba música con mis audífonos por cable.

Tarareo la canción al salir y mantengo mi vista en el celular, ahora nadie está en el pasillo, es hora de trabajo y casi todos los que viven en este piso, son adultos.

Choco contra el pecho de una chica, veos sus convers iguales a los míos, negros y blancos. Subo mi vista por todo su cuerpo y observo el mismo vestido que yo usaba en la boda de Jude, solo que ahora en negro. Margo es un poco más alta que yo, así que tengo que levantar mi vista para verla, quito un auricular y la veo.

—¿Qué haces aquí?

Ella sonríe, —Vives aquí ¿no?

Confundida, asiento con la cabeza cabeza ella ríe superiormente.

—Lo sabía, seguirte durante casi toda una semana dio sus frutos.

¿Qué? Pienso.

—¿Qué?— digo confundida.

—Eso no importa ahora, solo quería saber porque Aegan me dejo aquel dia y no llego al departamento hasta la madrugada.

¿Viven en el mismo departamento?

Como si Margo leyera mi mente, responde con una sonrisa, —Vivimos en el mismo departamento.

—Pues Aegan necesita un premio entonces, tener que aguantarte seguro es de todo menos fácil.

Ella se ofende, pero pasa eso y sonríe viéndome de arriba a abajo.

—Alto ¿de qué me preocupo? ¿Ya te viste a un espejo?— si, todos los días —. Es obvio que soy mejor qué tú, inclusive tienes audífonos por cable.

—¿Y qué audífonos deberías tener, según tú?— digo, ahora guardando los audífonos y mi teléfono.

—Pues obvio unos Bluetooth, recomendadamente unos Apple. ¿Pero qué digo?— dice con gracia —. Es obvio que no te alcanzaría una vida para poder comprarte unos Apple.

Levanto una ceja, —¿Y a ti si?

Ella sonríe y saca de la bolsa que traía colgando en su hombro, un cuadradito pequeño, con una funda rosa y al abrirlo, veo ambos audífonos que ahora están de moda.

—Esto es lo que las personas con dinero pueden comprar.

Sonrió sin gracia, —¿Te los compraste tú?

Ella me ve confusa, así que con una sonrisa de superioridad hablo.

—Seguro que no ¿Qué estoy diciendo? Es obvio que Aegan te dio el dinero.

Es el turno de ella para sonreír con superioridad, —Pues claro, no quiere hacer que gaste nada de dinero. Hemos sido novios durante dos años, Elizabeth. Pronto me llamare Margo Cash.

Algo en todo lo que dijo hace que sienta algo feo en el pecho, tiene razón.

Aegan nunca volverá contigo, Eli, ¿por qué sigues esperando a que lo haga?

Esa vocecilla que siempre me atormenta, mostrando mis defectos y haciéndome dudar esta de vuelta. La odio.

Vuelvo al mundo real, donde Margo ahora ríe abiertamente, —Alto, por favor no me digas que pensaste que algún día podrías llegar a llamarte Elizabeth Cash, deja de soñar, linda.

Tiene razón, no soy como ella. No cargo bolsas a todos lados, si quiera las usos. No me lucen los tacones, a ella si. No tengo lindos ojos ni pelo precioso, ella si. Ella es tan...perfecta y yo soy tan...tan Elizabeth.

—Si viniste hasta acá para mostrarme que estas tan insegura en tu relación, que debes usar lo mismo que yo, he intentar matar mi autoestima, espero que pronto puedas solucionarlo.

Paso por su lado luego de decir esas palabras, abro la puerta, pero antes de entrar, escucho su voz nuevamente.

—¿Qué tal un juego?

Sin voltear a verla pregunto, —¿Un juego?

Ella ríe, —Si, que tal...¿un juego de cartas? Aegan dijo que eras muy buena...

Claro, se me había olvidado el hecho de que Aegan le hablo mucho de mi a Margo.

Que metiroso, nunca jugué y el prometió enseñarme antes de que...de que todo eso pasará.

Me lo pienso unos segundos y luego volteo a ella, cerrando la puerta, —Cartas no, se que soy mejor que tú pero no quiero que te sientas tan mal. ¿Qué tal ajedrez?

Ella se lo piensa y luego habla:

—Perfecto.

Un Juego De Damas [Aegan Cash y Tu]Where stories live. Discover now