Yeosang no hacía nada más que mirar por un par de segundos. Ese era su padre. Su padre. Besando a una mujer. Esa no era su madre. Sin embargo la reconoció; ella era la secretaria de su padre.
Él estaba completamente devastado y ni siquiera podía decir nada. Él simplemente se dió la vuelta y comenzó a caminar lejos, sin mirar a nadie frente a él.
— ¡Yeosang! — Seonghwa lo llamó antes de que realmente comenzara a seguirlo fuera del centro comercial.
Yeosang solo logró caminar alrededor de la esquina antes de que Seonghwa lo tomara del brazo y le diera vuelta. Yeosang se dejó caer en el banco detrás de él y se quedó mirando el camino delante de él durante un par de minutos interminables. Seonghwa se sentó allí con él y eso es todo lo que Yeosang necesitaba. Necesitaba a alguien que estuviera ahí para él sin llegar a decir o hacer cualquier cosa.
Yeosang apoyó la cabeza en el respaldo del banco, cerca del hombro de Seonghwa, pero sin tocarlo. Se sentía como una mierda por no creerle.
— Yeosang — Seonghwa comenzó, poniendo su brazo alrededor del hombro de Yeosang.
Se retorció lejos del tacto.
— Yo solo... Necesito estar solo por un tiempo — murmuró y se metió en uno de los taxis que estaban alineados en el extremo de la calle.
Seonghwa inmediatamente se puso en uno detrás de él y le dijo al conductor que siguiera al que estaba delante de ellos. Yeosang le dió al conductor diez dólares más de lo que realmente se necesitaba y se bajó del coche sin mirar atrás.
Un millón de pensamientos se arremolinaban en su cabeza y él simplemente no podía creer lo que veía, eso no podía haber sido cierto. Su padre era un hombre honrado; el nunca engañaría a su madre. El nunca le haría eso a su familia. Pero al parecer, lo haría.
Trató de abrir la puerta, pero luego se dió que cuenta de que Seonghwa tenía la tarjeta, por lo que sólo se golpeó la frente contra la puerta, exasperado. Él quería nada más que derrumbarse en la cama y llorar durante horas sin nadie allí para verlo. Era definitivamente bipolar.
— Yeosang, tengo la llave — Seonghwa dijo y Yeosang volvio la cabeza para ver a él castaño caminando hacia él.
Seonghwa abrió la puerta sin decir nada y Yeosang se metió en su habitación, sin siquiera mirar a ver si Seonghwa lo siguió al interior (lo cual hizo). Se dejó caer en la cama y hundió el rostro entre las manos, sintiendo lágrimas en sus ojos, no quería llorar delante de Seonghwa.
— Lo siento — dijo Seonghwa, sin moverse de su lugar junto a la puerta.
— Puedes decirlo.
— ¿Decir que?
— No te hagas el tonto — Yeosang murmuró y lo miró. Seonghwa sabía que Yeosang estaba muy cerca de romperse y llorar frente a él. — Puedes decir que me lo dijiste, me puedes decir que no te hice caso y que fui un jodido de mierda por ignorarte y gritarte.— Yeosang comenzaba a decir cosas sin control, todo derramándose fuera de él.
— Yeosang, está bien, está bien, yo no creí que mi madre engañaba a mi papá hasta que lo ví.
— Pero mi padre... Él es...— Yeosang dijo con voz temblorosa y Seonghwa sabía que estaba tan cerca de romperse.
— Cheonsa — Seonghwa suavemente habló y fue entonces cuando Yeosang realmente empezó a llorar.
Seonghwa dió un paso hacia él y envolvió con sus brazos al chico. Yeosang se hundió inmediatamente en sus brazos, apretando su camisa mientras sus lágrimas se derramaban fuera de él, acompañado por el hipo ocasional y los sollozos. No quería que Seonghwa se fuera nunca, era completamente fascinante y aterrador al mismo tiempo el sentirse tan seguro en los brazos del mayor, se sentía como en casa. Cuando se calmó un par de minutos después, miró a Seonghwa, quien le limpió las lágrimas con sus pulgares.
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Bebé, el cielo está en tus ojos (𝙨𝙚𝙤𝙣𝙜𝙨𝙖𝙣𝙜) adaptación
FanfictionKang Yeosang tiene 17 años y está en su último año en la escuela más privada y prestigiosa de Seúl, él tiene grandes planes para su futuro y gracias al dinero de sus padres no tendrá ningún problema en alcanzarlos. Todo el mundo que asiste a su escu...