Capitulo 6

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Esa semana había pasado casi volando. Alba había estado junto a Natali en todos los entrenamientos, incluso algunos que hacía en su casa. Lo cual era perturbador, porque al menos en la piscina simplemente nadaba o hacia algún que otro ejercicio de respiración o de mejoramiento de su estilo. Pero estaba metida en el agua y todo estaba perfecto. Además, Paco su entrenador, era muy gracioso y Alba a veces pasaba mucho tiempo riéndose de sus chistes. No le había pasado desapercibidas las miradas que él y la compañera de Natalia compartían. Había también asistido a los entrenamientos con todos los miembros del equipo de natación. Pero había descubierto que Natalia era una obsesiva y entrenaba muchas horas extras. Sobre todo justo esa semana en la que tendrían una competencia de verano entre las universidades y justamente se celebraría allí en San Diego.

La cosa era, que cuando estaban en el gimnasio de la universidad o en la propia casa de Natalia, ver a la morena haciendo abdominales, levantando algunas pesas, haciendo sentadillas e incluso flexiones, le parecía algo muy íntimo.

Ella intentaba pensar que todo eso era necesario para poder hacer las anotaciones pertinentes. ¿Cuánto tiempo pasaba entrenando? ¿Cuántas horas del día dedicaba a exponer a su cuerpo a toda esa presión y exigencia?. En la psicología del deporte, se tomaba mucho en cuenta la capacidad del deportista en creer en su capacidad de crecer y en su poder. Estas características son parte de su área de control, y parecía que la morena era bastante obsesiva con tenerlo todo controlado, sin embargo, esta área de control no. Y lo que pasa cuando no se tiene esta área dominada es que lo único que importa es ganar. Y eso era lo que le pasaba a Natalia. Quería ganar en todo, siempre. Pero el problema es que eso a veces no dependía de ella misma, porque si, puede ser muy buena, pero hay factores que influyen dentro de todo deporte. Y por estas ansias de querer ganar siempre, es que aparecía la frustración y los problemas para controlar su temperamento. Alba se preguntó, que cosas buscaba compensar con esas ansias infinitas de ganar.

Colocó en una esquina de sus anotaciones:

"Compensación... historia? Padres? Investigar más sobre su infancia"

Había intentado sonsacar información a su entrenador y hasta a su amiga Marta, pero ambos parecían tenerle bastante respeto (¿o miedo?), por lo que no soltaban prenda. Pero ya se las arreglaría para que Natalia se abriera un poco más.

Volvió a pensar otra vez en la morena haciendo sus ejercicios y se revolvió. Se sentía incomoda porque no podía evitar que sus ojos se fuesen al cuerpo sudado de la nadadora. ¡Pero era totalmente normal si lo tenía tan en forma!. No había nada de malo en admirar un cuerpo sano. Y muy... se mordió del labio sacudiendo la cabeza.

-¿Qué te pasa?-Se regañó a si misma mientras seguía con sus anotaciones.

En unos días viajarían a Arizona y Alba estaba extrañamente nerviosa. Obviamente le había pedido a maría que la acompañara, no pensaba viajar sola con natalia Lacunza ni loca.

Se puso boca arriba en la cama y cerró los ojos sin poder evitar recordar su aliento muy cerca de su boca y su voz gruesa diciendo:

-¿No te da curiosidad saber que se siente besar a una chica?

En ese instante su voz había sido como terciopelo en sus oídos y su pulso había tomado vida propia, descontrolándose sin su permiso.

Abrió los ojos mirando el techo con un bufido.

Ella no era tan tonta como para dejarse camelar por esa odiosa chica. Pero la realidad era que desde ese momento... sí que se había planteado... ¿Qué se sentiría besar a una chica?

Ella solo había tenido experiencia besando a dos chicos. El primero no contaba demasiado, y el segundo había sido Alex. Los besos habían estado... bien. Pero tampoco habían sido algo del otro mundo. No sabía si era porque ella no tenía ni idea de lo que estaba haciendo o porque simplemente habían sido así de simples.

Bajo lo más profundo (albalia)Where stories live. Discover now